EFE
WASHINGTON. Miles de personas salieron a las calles ayer en al menos 50 ciudades de EEUU para participar en la “Marcha de la Igualdad por la Unidad y el Orgullo”, en defensa de los derechos de los homosexuales y en “resistencia” a las políticas del nuevo Gobierno de Donald Trump.
Con emblemas como unas enormes letras de “resistencia” en los colores del arcoíris, la marcha central tuvo lugar en la capital del país, Washington DC, desde la plaza Farragut, pasando por la Casa Blanca, hasta la explanada de jardines y monumentos del National Mall.
La protesta, que tuvo réplicas en al menos otras 50 ciudades del país, tuvo un carácter reivindicativo ante el nuevo Gobierno de Trump pero también de celebración por los avances conseguidos por la comunidad LGTB (Lesbianas, gays, transexuales y bisexuales).
En una caminata llena de color, pudieron verse carteles de “disentir es patriótico”, “Trump-Pence, malos para EEUU” o “Recordando Pulse”, la discoteca gay en la que, hoy hará un año, tuvo lugar la peor matanza por arma de fuego en la historia reciente del país.
El domingo 12 de junio de 2016, Omar Mateen, un estadounidense de origen afgano, sembró el terror en Pulse tras irrumpir armado con un fusil de asalto y una pistola automática y comenzar a disparar indiscriminadamente contra los asistentes a una fiesta latina.
Denunciar ese crimen es una de las razones que llevaron a Lara Morris, una investigadora de Maryland, a unirse este año por primera vez a una manifestación por los derechos de los homosexuales.
“Esa noche supimos más que nunca que falta tanto por hacer. Que no podemos confiarnos por los avances logrados, hay que seguir luchando para abrir mentes y destruir prejuicios”, explicó a Efe la joven.
Aunque durante la campaña electoral Trump se declaró “amigo” de la comunidad LGTB y se mostró más abierto al respecto que otros republicanos, el colectivo está muy preocupado por el perfil de los políticos que ha colocado en puestos clave.
El mayor exponente es el vicepresidente Mike Pence, un ultraconservador en temas sociales que como gobernador de Indiana se granjeó el rechazo de la comunidad LGTB y las asociaciones defensoras de los derechos de la mujer debido a sus políticas.
También con sus primeras medidas en la Casa Blanca, Trump ha decepcionado a quienes creyeron ver en él un político mucho menos comprometido con las ultraconservadoras posiciones en temas sociales que mantienen amplios sectores de su partido.
El pasado 22 de febrero, Trump revocó una norma proclamada por su antecesor, Barack Obama, que permitía a los alumnos transexuales usar los baños y los vestuarios que prefirieran en función del género con el que se identificaran.
Esta decisión colocó al mandatario en una nueva batalla con numerosos congresistas del Partido Demócrata e importantes organizaciones, como Human Rights Campaign, asociación que impulsó la legalización del matrimonio homosexual en EE.UU. -lograda en junio de 2015- y que consideró “vergonzosa” la decisión de Trump.
La protesta de hoy, además de afirmar la “resistencia” ante el nuevo Gobierno, tenía el objetivo de llamar la atención sobre la discriminación que sufre el colectivo LGTB y pedir más derechos.
El manifiesto de la marcha destaca además otras causas, como los derechos de los discapacitados, la prevención de la violencia contra la comunidad LGTB y el apoyo a los inmigrantes de este colectivo.
La marcha se inspiró, según sus organizadores, en la multitudinaria Marcha de las Mujeres del 21 de enero, la primera gran protesta contra Trump, solo al día siguiente de que se instalara en la Casa Blanca.
Desde entonces, Washington DC y otras ciudades del país han sido escenario de grandes protestas contra el presidente casi cada fin de semana, con temas como el cambio climático o la inmigración.