El Ejército sirio detuvo a 11 militares israelíes durante un enfrentamiento con la oposición al Gobierno de Bashar Al Assad en Al Qusair, en el sur de Homs. Durante el operativo también fue decomisada una unidad bélica hebrea, clara evidencia de la injerencia de ese país en la nación árabe.
Durante el operativo también fue decomisado un vehículo israelí (foto: HispanTV)
El Ejército de Siria detuvo este lunes a 11 militares israelíes durante un enfrentamiento con los opositores al Gobierno de Damasco en la ciudad estratégica de Al Qusair, en el sur de la provincia central de Homs, según informó la cadena Russia Today.
Durante las maniobras también fue confiscado un vehículo militar procedente de Israel. “Importante baluarte de las fuerzas insurgentes y una prueba clara de la implicación de los efectivos castrenses y de los miembros de la inteligencia judía en el país árabe”, indicaron medios estatales sirios.
Por su parte, uno de los funcionarios sirios detalló que “la unidad detenida sirve para monitorear la comunicación y para interferir señales inalámbricas. En el coche encontramos munición de guerra, uniformes y diferentes medios que se utilizan para transmitir información”.
De igual manera, también se reveló el hallazgo de un mortero de defensa israelí en la región de Al Dabaa, situada a siete kilómetros de Al Qusair.
La agencia oficial de noticias siria, SANA, reseñó que gracias a este operativo, en el que también resultaron heridos dos militares israelíes, el Gobierno sirio logró recuperar el control de gran parte de Al Qusair.
Al Qusair, ubicada en la frontera con El Líbano, se considera una zona bastante estratégica dado que los grupos insurgentes lo utilizaban como un puente para recibir armas procedentes de los países como Arabia Saudí.
De acuerdo con SANA, entre los rebeldes caídos se encuentra Nawaf Alwani, uno de los líderes del Frente Al Nusra, afiliado a Al Qaeda.
Según precisaron las autoridades, esta maniobra forma parte una estrategia muy estudiada. Los soldados rodearon la ciudad, liberaron su periferia y evacuaron a los residentes de esas zonas para evitar el derramamiento de sangre. Pese a esto, no se pudieron evitar combates, en los que un buen número de rebeldes fueron abatidos. Los combatientes de la formación armada Frente Al Nusra también sufrieron pérdidas significativas y otros tantos fueron obligados a huir.
El analista internacional, Carlos Martínez, considera que la injerencia de Israel en el conflicto interno sirio tiene un objetivo muy preciso. «Allí de facto hay una coalición entre Israel, Occidente y las monarquías del Golfo para acabar con la influencia de Irán», aseveró.
Además, Martínez enfatizó en que una Siria completamente destrozada y sin un gobierno claro sería un gran paso para conseguir este objetivo, ya que Damasco y Teherán siempre han sido aliados fieles.
Siria ha reiterado ser víctima de un plan foráneo de desestabilización desde 2011 contra el Gobierno de Al Assad. Desde entonces, han muerto unas 70 mil personas de acuerdo con las últimas cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Estos ataques de grupos armados han contado con el apoyo de escenario de fuertes ataques por parte de grupos armados apoyados por algunos países occidentales y varios regionales como Turquía, Qatar y Arabía Saudí, e incluso Estados Unidos ha dado su respaldo a la oposición siria y a los grupos armados.
La víspera, el presidente Bashar Al Assad aseguró en una entrevista especial que pese a todas las agresiones de potencias extranjeras él no renunciará al poder, e insistió en que el diálogo y la vía diplomática es la única salida posible para acabar con el conflicto.