Opinión
Mucho Cuidado con los Malos Precedentes.
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Por José Cabral
Esa medida, evidentemente al margen de la ley, crea un precedente peligroso, independientemente de que el personaje perjudicado haya sido un reincidente violador de derechos desde las instancias del poder.
Resulta difícil e incómodo defender el estado de derecho a partir de la comisión de una ilegalidad con personajes tan odiosos como Alain Rodríguez.
Pero se trata de un asunto de ley, el cual se supone que no debe violarse en ninguna circunstancia ni en perjuicio de nadie, absolutamente de nadie.
Jean Alain Rodríguez proviene de una administración pública como la de Danilo Medina que fue experta en no respetar los derechos ciudadanos, un Gobierno que se especializó en la comisión de grandes abusos.
Sin embargo, ello no justifica que ahora se haga lo mismo en contra de los que fueron protagonistas de abusos que no se podían tolerar, ya que para eso existen los tribunales mediante el debido proceso.
Se impone que cualquier paso que se dé en aras de castigar al responsable de lo mal hecho que se haga en el marco de la tutela judicial que consagra la Constitución de la República.
Porque de no ser así se pierde la legitimidad para continuar con las acciones que buscan castigar al que no respeta las normativas jurídicas en la República Dominicana.
No se puede pagar con la misma moneda a los que utilizan el poder para violentar derechos consignados constitucional y convencionalmente.
Recurrir a esa práctica constituye un precedente muy peligroso que pone en peligro los valores democráticos de la nación.
El atropello que se produjo con la prohibición de viajar al exterior de Alain Rodríguez constituye un referente importante para medir a unas autoridades que hacen exactamente lo contrario de lo que pregonan.
Ni el Gobierno de Luis Abinader ni ningún otro puede jugar con la ley a su antojo y en consecuencia se impone una explicación convincente de lo ocurrido con un exfuncionario justamente satanizado.
No se debe pagar con la misma moneda a un símbolo de la manipulación de la ley y atropellar el estado de derecho sólo para satisfacer alguna venganza personal o institucional, si es que de eso se trata.
Hoy por tí y mañana por mí, dice una famosa expresión popular, porque si se permiten abusos como el ocurrido en contra de este hombre responsable de la comisión de muchas violaciones a la ley por omisión o por comisión, entonces se trabaja para tener una sociedad regida por la venganza, el canibalismo y el abuso de poder.
Así no se vale.