La furia desatada por el huracán Sandy al entrar a Nueva York y New Jersey, respectivamente, provocó todo el dia ayer, y en las primeras horas de la mañana de hoy, destruccion de viviendas, apartamentos y de decenas de pequeños negocios de cientos de dominicanos, en los sectores de Manhattan, El Bronx y Queens.
Reportes recibidos de criollos residentes desde hace muchos años en Nueva York y New Jersey, dan cuenta de que locales de bodegas, cafeterías, pequeños restaurantes, salones de belleza, talleres de mecánica y otros, se desplomaron a consecuencia de los fuertes vientos y lluvias provocadas por el fenómeno natural.
Se informó que muchos dominicanos dueños de negocios y que en el dia de hoy se atrevieron a salir a las calles neuyorquinas, sólo le ha quedado ponerse las manos en la cabeza y llorar al ver destruido por la furia del ciclón Sandy, el lugar en el que obtenían diariamente el sustento familiar, sobre todo bodegas y salones de belleza.
Se supo incluso que la situación es más díficil para aquellos criollos que no tenían asegurados sus pequeños negocios, bajo el argumento de que los mismos eran poco rentable y que el dinero obtenido diario y semanalmente, era para saldar compromisos.
Esta mañana, las dominicanas Cándida Toribio, Raisa Montero y Luisa Mendoza, residentes en el sector de Manhattan, Nueva York, las dos primeras dueñas de bodegas y la tercera de una pequeña tienda y salón de belleza, dijeron en comunicación con periodistas de este diario, que perdieron todos por los estragos del huracán Sandy.
«Todo está destruido, nada quedó»; fueron los señalamientos de las tres criollas, quienes dijeron que son decenas los dominicanos que también resultaron afectados por el paso por Nueva York y New Jersey, del huracán Sandy, lugares declarados en estado de emergencia por el gobierno de Estados Unidos.
Se informó que no sólo negocios de dominicanos resultaron destruidos o dañados, sino también decenas de viviendas, apartamentos y casas en construccion como consecuencia de los efectos del fenómenora natural, que todavía sigue provocando daños.
Los informes procedentes desde Nueva York y New Jersey, indican que muchas calles y avenidas resultaron destruidas, edificios y condominios dañados, más de un millón de personas afectadas por el fluido eléctrico, derrumbes, muertes y desapariciones.
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