Muerte de Jhonny Ventura constituye una especie de estocada mortal al merengue de buen ritmo e inigualable contenido.

El repentino fallecimiento de Jhonny Ventura es como una huida fugaz del merengue escrito e interpretado con riquezas literarias y un ritmo contagioso, el cual estuvo inspirado en  la esencia de la dominicanidad, pero que además fue una obra musical de varias décadas  que lo convirtió en un verdadero sociólogo musical

El Caballo Mayor, como se conoció a Jhonny Ventura, fue un gigante de la música popular que su absorbente figura  se colocó por encima de cualquier pequeño error humano, porque su talento lo eclipsó todo y  fue una fuente de permanente alegría para el pueblo dominicano, cuyas producciones transportan a cualquier criollo a la época navideña y también a las históricas persecuciones políticas cuando la voz de este artista fue un referente.

La gran riqueza dejada por Ventura es su legado  musical, porque en cualquier circunstancia y momento irradiaba alegría y deseos de bailar.

Su inesperada ida llena de luto a una nación en la que su principal divisa es la música, encabezado por el contagioso merengue que cultivó Jhonny Ventura, principal exponente del género.

Una vez más se comprueba que la vida es fugaz y transitoria, pero cuando se siembra se cosecha como ocurre con la partida de Jhonny Ventura, quien genera lágrimas, pero también hermosos recuerdos que nunca podrán borrarse de la mente de su gente.

Era un artista de la cabeza a los pies, cuyas debilidades como ser humano, pasaban desapercibidas, porque su talento pesaba más que cualquier otra cosa.

Si de una cosa se queja la gente es de que el merengue ha perdido mucho de su calidad y contenido, pero Jhonny Ventura y otros artistas de verdad como Juan Luis Guerra han permitido que la vergüenza nacional se preserve.

Jhonny Ventura siempre fue un artista que supo defender la bandera de aquellos que procuran producir buena música para honra y honor de todos los dominicanos.

Nadie puede poner en duda los aportes del rey del merengue, porque era reconocido o amado desde Latinoamérica, Europa, hasta Estados Unidos y cualquier otro continente del planeta.

En realidad, nunca fue una limitante el idioma para impedir el éxito de ese merengue que cantó y cultivó Jhonny Ventura, por lo que era reconocido por nativos y extranjeros.

Jhonny era conocido de muchos, pero amado y  admirado por todos.

Jhonny Ventura fue vocación, amor por lo que hacía y un fuerte apegamiento al merengue que proyectaba además  alegría y letras que hablaban de la esencia de la dominicanidad.

El merengue es esencialmente igual que la dominicanidad, nacieron con la misma composición, como muy bien lo explicaron en algún momento algunos pensadores de este fenómeno musical.

La composición original del merengue fue con tambora,  güira  y acordeón, el primer instrumento de procedencia africana, la segunda aborigen y la tercera alemana.

 Se podría decir que Jhonny Ventura fue una expresión de esa música que no puede definirse de otra manera que no sea como la propia   dominicanidad, porque contenía la misma composición étnica del merengue.