Miles de mujeres arriesgan su vida cruzando Centroamérica y México en busca de oportunidades laborales en Estados Unidos. Según cifras de la ONU, de los 214 millones de personas migrantes en el mundo, la mitad corresponde a mujeres cuyas motivaciones para migrar han cambiado significativamente, pero el camino a transitar está lleno de peligros de los cuales ellas son las más vulnerables.
El objetivo ya no es reunirse con los familiares que se fueron primero sino por razones estrictamente económicas, como trabajadoras migrantes. Sortean en su camino una serie de riesgos como la trata, extorsión o violencia sexual que no denuncian por temor a ser deportadas.
Migrantes optan por tomar pastillas anticonceptivas antes de cruzar a los EE.UU. por riesgo de ser forzadas.
Entre los factores culturales que influyen en la migración de las mujeres está la presión familiar para salir de su entorno, violencia intrafamiliar o reducidas posibilidades de crecimiento en su región.
¿Qué piden los migrantes en EE.UU.?
Generalmente, las mujeres migrantes aceptan condiciones laborales abusivas, sin protección de autoridades, por temor no solo a perder el trabajo sino a la deportación.
El mismo ambiente laboral genera consecuencias sobre el estado de su salud y los sistemas de protección social se encuentran limitados o restringidos. Por su condición de migrantes no acceden tampoco a los servicios privados por su poca capacidad de pago.
Estudios del Programa Regional de Población y Desarrollo del Centro Latinoamericano y Caribeño
de Demografía (Celade, 2012) establecen que la migración hacia los Estados Unidos representa tres cuartas partes del total del flujo migratorio de América Latina y el Caribe.
La migración latina, estimada en más de 18 millones de inmigrantes más sus descendientes (2004), constituye la primera minoría étnica en ese país.
La emigración de los países geográficamente cercanos tiende a concentrarse con fuerza en los Estados Unidos, como el caso de los centroamericanos que representan el 70,6 por ciento de los migrantes de la región, procedentes de México, El Salvador y Guatemala.
Reforma migratoria
Más de 11 millones de indocumentados viven en Estados Unidos y esperan una reforma migratoria para ser legalizados pero esta se mantiene estancada en el Congreso gracias a que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes se ha negado a debatir el proyecto aprobado por el Senado de mayoría demócrata, el cual contempla la posibilidad de que los inmigrantes sin autorización opten a la naturalización.
La política de Estados Unidos hacia los inmigrantes indocumentados perjudica especialmente a las mujeres de muchas maneras – separándolas de los niños y dejándolas sin apoyo-, haciendo más difícil mantener a sus familias.
Una forma muy particular de perjuicio es el físico y la inmediata amenaza a la vida corporal y la salud, ya que las mujeres indocumentadas son especialmente vulnerables a la violencia y no pueden conseguir ayuda legal.
A la espera de Obama
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció que dará a conocer los detalles de su reforma sobre inmigración este jueves en la Casa Blanca, y dijo que llevaría adelante la medida sin el apoyo del Congreso.