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WASHINGTON. National Geographic admitió el lunes que cubrió el mundo con una lente racista durante generaciones, por ejemplo, cuando su revista presentó a mujeres con pechos desnudos y a miembros ingenuos de tribus de piel oscura como personas salvajes, toscas y poco inteligentes.
“Teníamos que reconocer nuestra historia para superarla”, declaró la directora editorial Susan Goldberg a The Associated Press en una entrevista sobre la edición de abril de la revista, la cual está dedicada a la cuestión racial.
National Geographic publicó su revista por primera vez en 1888. Una investigación que el historiador de fotografía de la Universidad de Virginia, John Edwin Mason, efectúo el otoño pasado mostró que, hasta la década de 1970, la publicación ignoró prácticamente a las personas de color en Estados Unidos que no eran empleados domésticos ni jornaleros, y reforzó repetidamente la idea de que las personas de color de otras latitudes eran gente “exótica, que andaba regularmente desnuda, cazadores felices, salvajes nobles: todo tipo de clichés”.
Por ejemplo, en un artículo de 1916 sobre Australia, el pie de una fotografía de dos personas autóctonas decía: “Aborígenes del sur australiano: Estos salvajes son los menos inteligentes de todos los seres humanos”.
Además, National Geographic perpetuó el cliché de personas autóctonas fascinadas con la tecnología y publicaba en sus revistas excesivas imágenes de mujeres bellas de las islas del Pacífico.
La autoevaluación de National Geographic tiene lugar en momentos en que otras organizaciones de medios también efectúan reflexiones críticas sobre su pasado. The New York Times reconoció en fecha reciente que la mayoría de sus obituarios eran crónicas sobre las vidas de hombres blancos, y comenzó a publicar los de mujeres famosas.
En el número de abril de National Geographic, Goldberg, la primera directora editorial mujer y judía en la historia de la revista, escribió una carta titulada “Durante décadas, nuestra cobertura fue racista. Para superar nuestro pasado, debemos reconocerlo”.
“Cuando echamos una mirada hacia atrás sabía que habría algunas narrativas que obviamente nunca haríamos en la actualidad, que no hacemos y de las cuales no estamos orgullosos”, dijo a la AP. “Pero me pareció que, si queremos hablar con credibilidad sobre el tema de las razas, más valdría que echáramos un vistazo y viéramos cómo hablábamos sobre la cuestión racial”.
Mason dijo que durante su revisión encontró un patrón intencional.
“Con frecuencia las personas de color traían poca ropa, usualmente a las personas de color no se les veía en ciudades, las personas de color no aparecían a menudo rodeadas por las tecnologías de los automóviles, aviones o trenes o fábricas”, señaló. “Con frecuencia las personas de color eran retratadas con vidas similares a las de sus ancestros de hace varios cientos de años, y eso en contraste con los occidentales, que siempre aparecen totalmente vestidos y con frecuencia traen consigo aparatos tecnológicos”.
Los adolescentes blancos “podían contar con que en cada número o cada dos de National Geographic aparecerían algunos senos desnudos de piel morena para que ellos les echaran un vistazo, y creo que los directores editoriales en National Geographic sabían que ese era uno de los atractivos de su revista, porque las mujeres, en especial mujeres asiáticas de las islas del Pacífico, eran fotografiadas casi como si se tratara de fotos de estudio”.
National Geographic, que ahora llega a 30 millones de personas en todo el mundo, era el medio a través del cual muchos estadounidenses aprendían por primera vez acerca del resto del mundo, dijo el profesor Samir Husni, quien encabeza el Centro de Innovación de Revistas en la escuela de periodismo de la Universidad de Mississippi.
Asegurarse que ese tipo de cobertura nunca vuelva a ocurrir debería ser algo de la mayor importancia, dijo Husni.
“El intentar que en el medio de las revistas haya más contrataciones de escritores de orígenes diversos y de las minorías es la forma en que ofrecemos disculpas por el pasado”, agregó.
Goldberg dijo que está haciendo justo eso.
“Antes la cobertura era incorrecta porque era narrada desde un punto de vista de estadounidenses blancos y de élite, y creo que ello habla de por qué necesitamos diversidad entre los narradores”, afirmó.