Vista aérea de la isla de Manhattan
Las consecuencias de la crisis financiera global se hacen sentir cada vez con más fuerza en las ciudades de Estados Unidos, donde comenzó la ola expansiva. Después de la quiebra de Detroit, ahora Nueva York corre el riesgo de caer en bancarrota, según advirtió el propio alcalde, Michael Bloomberg.
El gobernante neoyorquino, que próximamente terminará sus doce años de mandato, dijo que lo que ocurrió en Detroit debería servir como lección a todas las ciudades y agregó que Nueva York debe controlar su gasto previsional y de salud pública, que ya la llevaron a a la quiebra en la década del 70.
«En la ciudad de Nueva York ese riesgo es aún muy real», dijo el alcalde, en un discurso que brindó ayer en Brooklyn y que fue reproducido por la agencia Bloomberg, cuyo principal accionista es el funcionario neoyorquino.
«Muchas ciudades en todo Estados Unidos deben enfrentar la perspectiva de que las pensiones serán una porción cada vez más sustantiva de su presupuesto. Y Nueva York no es la excepción», precisó.
«La idea de que nuestros costos de pensiones pueden ser reducidos sustancialmente a través de aumentos en rendimientos del mercado es una fantasía perpetuada para evitar las decisiones difíciles que debemos confrontar hoy -dijo-. Evitar las decisiones difíciles es como Detroit fue a la bancarrota. Y es el camino hacia la ruina para cualquier ciudad».
El mensaje de Bloomberg tenía un claro destinatario: el político que lo sucederá después de las elecciones municipales del 5 de noviembre. El gobernante brindó dos consejos para quien tome la posta: apoyar la diversificación de la economía a través de los cinco distritos de Nueva York y negarse a firmar contratos laborales excepto que los trabajadores estén de acuerdo con contribuir más para su retiro y planes de salud.
«Visión a corto plazo, corrupción, mala administración y quizá, la más peligrosa de todas, intereses particulares» podrían conducir a replicar los problemas que tuvo Nueva York en la década del setenta, agregó.
Bloomberg señaló que sus doce años en el puesto ayudaron a generar un «círculo virtuoso» en el que el gasto en escuelas, seguridad pública y políticas culturales llevaron al crecimiento de la población, inversión, creación de empleo y ganancias vía impuestos. «Pero eso puede ser deshecho fácilmente», advirtió el alcalde que está por terminar tres períodos de gestión.
Detroit, una de las mayores ciudades de Estados Unidos y centro de la industria automovilística norteamericana, aprobó a mediados de julio declararse en suspensión de pagos con el objetivo de poder reestructurar su deuda, con lo que se convirtió en la mayor ciudad del país que se acoge a este proceso.
Tras declarar la quiebra el 18 de julio, con una deuda que asciende a 18.000 millones de dólares, la ciudad tasará propiedades públicas como el túnel Detroit-Windsor y parte de la colección del Instituto de Arte de Detroit.
Fuente: EL DEBATE