Agencia Efe
Bagdad.- Irak volvió a registrar hoy protestas para pedir más servicios con 24 muertos y más de 2.000 heridos, después de que un destacado clérigo chií se mostrase favorable a su desarrollo y de que a principios de mes 157 personas muriesen en otra oleada de manifestaciones.
Miles de personas se echaron otra vez a las calles en al menos siete provincias del país portando banderas iraquíes y coreando lemas como “Pacífica, pacífica”, en un intento de esquivar las represión policial, que aún así se produjo en varios lugares.
Los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad han causado al menos 24 muertos -ocho de ellos por asfixia y fuego real- y 2.047 heridos, la mayoría en Bagdad, según el último balance ofrecido por la gubernamental Comisión de Derechos Humanos de Irak.
De acuerdo con sus datos, 27 edificios gubernamentales y sedes de partidos políticos sufrieron daños durante los incidentes.
La televisión Al Sumariya informó, por su parte, de que uno de sus corresponsales ha sufrido heridas graves durante la cobertura de las protestas, que se intensificaron después del rezo musulmán de los viernes.
A última hora de la tarde en Bagdad sólo se registran protestas en la céntrica plaza Tahrir, mientras que los mercados, restaurantes y comercios funcionan con normalidad en la mayoría de los barrios capitalinos, dijo a Efe una fuente del Ministerio de Interior que pidió el anonimato.
Detalló que cada vez que los manifestantes tratan de cruzar el puente Al Yumhuriya, que une Tahrir con la fortificada Zona Verde, en la que se ubican edificios gubernamentales y embajadas, las fuerzas de seguridad lanzan gases lacrimógenos para frenarlos.
Se trata de la reanudación de las protestas registradas a principios de octubre para pedir servicios básicos y más empleo, además de condenar la corrupción, y en las que murieron 157 personas, la mayoría a causa de la represión policial.
Así las cosas, las autoridades han impuesto el toque de queda en las provincias de Basora y Di Qar, de acuerdo con la agencia estatal iraquí NINA.
Todo ello se produce a pesar de los llamamientos a la paz del jeque Abdelmahdi al Karbalai, representante de la máxima autoridad religiosa chií de Irak, el Ayatolá Ali al Sistani.
“Llamamos a nuestros queridos manifestantes y las fuerzas de seguridad a respetar completamente el carácter pacífico de las manifestaciones y a que no permitan el uso de la violencia”, indicó el jeque en la ciudad meridional de Karbala durante el sermón de la oración del viernes.
A los participantes en las protestas, reclamó que no lancen piedras ni cócteles molotov y que no causen daños al mobiliario, mientras que insistió a las tropas en que las manifestaciones pacíficas son un “derecho constitucional”.
“La reforma verdadera y el cambio al que se aspira en la Administración del país debería hacerse por vías pacíficas”, concluyó.
Tampoco caló lo suficientemente hondo el discurso anoche a la nación del primer ministro, Adel Abdelmahdi, que prometió que la semana que viene hará una remodelación de su Gabinete de ministros.
“La próxima semana ofreceremos cambios ministeriales y trabajamos para castigar a los grandes corruptos (…) La renuncia del Gobierno ahora sin alternativa constitucional significaría la caída en el caos”, aseguró Abdelmahdi en una intervención televisada.
Mientras decenas de manifestantes se reunían en la capital ya la pasada medianoche, el dirigente iraquí mostró a altas horas de la noche su rechazo a la subida de los precios y aseguró que su Ejecutivo castiga a los “monopolistas”, además de reafirmar la libertad de expresión y manifestación.
Las nuevas manifestaciones se producen días después de que el clérigo chií Muqtada al Sadr, con una gran influencia en el país, afirmase que los ciudadanos tenían “derecho” a salir a las calles si así lo deseaban el 25 de octubre.
El Comité Ministerial Supremo formado para investigar la muerte de civiles durante las manifestaciones de principios de octubre indicó en su informe final que 157 personas, entre ellos 8 miembros de las fuerzas de seguridad, perdieron la vida en aquellos incidentes.
El informe del comité, presidido por el ministro de Planificación, Nuri Sabah al Dilimi, y que investigó los sucesos en las manifestaciones entre el 1 y el 8 de octubre, destacó que los uniformados abrieron fuego contra manifestantes civiles sin recibir órdenes de los superiores de mayor rango.
Las protestas estallaron en Bagdad el pasado 1 de octubre y se extendieron a otras zonas de Irak por la falta de servicios públicos, de oportunidades de empleo y por otros problemas, como la extendida corrupción y la mala gestión de los recursos del país.