Nuevo, pero Viejo

Por José Cabral

El Partido Revolucionario Moderno, el cual data de una reciente formación, exhibe una conducta como el más viejo de los partidos tradicionales de la República Dominicana.

De tal árbol tal astilla, es una expresión muy popular en el país, la cual encaja muy bien para definir al PRM.

Sus dirigentes y militantes vienen de un Partido Revolucionario Dominicano que es más que responsable de los males que hoy aquejan al país, ya que durante sus gestiones de gobierno fue un verdadero desastre.

Todavía el PRD camina por el sendero de la politiquería y la falta de ética, ahora convertido además en un partido bisagra para que el presidente reeleccionista se quede en el poder.

El PRD ha sido una verdadera desgracia nacional y ahora su hijo, el Partido Revolucionario Moderno, reproduce exactamente los vicios como su copia fiel.

El Partido Revolucionario Moderno tiene una consigna que dice que el país no puede permitir una dictadura de un sólo partido.

Pero hay que recordar que la República Dominicana ha sido víctima de una dictadura de un partido único que se expresa a través de diferentes colores y nombres, pero que en términos de su conducta es exactamente lo mismo.

El PRM para dejar no dudas de su apego a esa conducta distorsionada de hacer política termina en una alianza con una ala de esa dictadura de partido, como lo es el Reformista Social Cristiano, el cual prácticamente ha acabado con el patrimonio nacional.

El PRM nació con los mismos genes que el PRD y en consecuencia todo lo que pueda prometer queda en medio de la duda y la falta de credibilidad de estos partidos.

Es impresionante la capacidad del PRM para mentirle a la gente, tanto es así que lo que dice un dirigente de esa organización se lo lleva el viento.

¿A caso se puede creer en un partido que es capaz de engañar y traicionar a sus propios aliados?

El PRM es un  partido nuevo o aparentemente emergente, pero su conducta lo define como un partido viejo,  tan tradicional como el de la Liberación Dominicana, el Reformista Social Cristiano y el Revolucionario Dominicano.

Ninguno de los cuatro ofrece nada bueno para el país, porque cualquiera de ellos es más de lo mismo.