Nunca he visto un juego completo de futbol, pero sí puedo hablar de la pasión por este deporte

Por José Cabral

El triunfo y las celebraciones, muchas desbordadas,  de Argentina en el mundial de futbol,  es sólo una repetición de la pasión extrema de los que aman este deporte.

No creo que haya otro deporte que genere tanto entusiasmo como el futbol, el cual hace reír sin parar, pero también llorar desconsoladamente cuando el triunfo no llega a los hogares de algunos de sus fanáticos.

En este triunfo de Argentina frente a Francia hay un héroe incuestionable, Lionel Messi, quien hoy por hoy es el mejor futbolista del planeta.

Ver el amor y la pasión que profesan muchos por este deporte da vida a la vida, porque lleva a sus fanáticos a sentir una satisfacción tan grande que podría considerarse como un extremo.

El baloncesto es estimulante por la activez que mantienen sus jugadores durante los juegos de este deporte, igual podría decirse del beisbol o del futbol americano, pero no parece que pueda igualarse con esta versión deportiva.

Argentina hoy está lanzada a las calles en celebración de su triunfo, lo cual no es para menos, porque además ha vencido a un grande o gigante de este deporte, como lo es Francia.

Quatar fue el escenario donde los argentinos se la lucieron en  la Tercera Copa Mundial de Futbol, que ha llevado a su gente a olvidar los malos momentos por la crisis económica y la tensión política.

El futbol no ha dejado dudas de que es una especie de remedio para los malos momentos por los que pasan los pueblos.

La pasión por el futbol no es exclusiva de los argentinos, sino también de los mexicanos, los hondureños, los salvadoreños, pero además para países de otros continentes como Francia, Alemania, España y cualquier otro lugar donde se practica, lo que explica que la reacción que genera obedece a una razón que sólo se encuentra en la misma esencia del juego.

A buena hora el triunfo de Argentina, porque este juego es como una inyección de energía y de optimismo a todos los que lo siguen, tanto es así que parece ser un buen remedio para olvidar los malos momentos y hasta las enfermedades terminales.

Felicidades, Argentina, te lo merecía por tu pasión y amor por este deporte.