Obligados a Emigrar

Por José Cabral

La situación de la República Dominicana lleva a mucha gente, incluyendo a aquellos que han tenido éxito en lo que hacen, como acaba de pasar con el humorista  Felipe Polaco  (BORUGA), a largarse del país.

Este artista es de los pocos que salen en los medios de comunicación social, que decepcionados con el deterioro que sufre el país en todos los sentidos, decide irse a vivir al extranjero.

El problema de la República Dominicana es que se produce una degradación que deja estupefacto a cualquiera, es decir, que el problema del país nisiquiera es de dinero, porque la gente está expuesta, por ejemplo, a la delincuencia, la cual ha arropado todo el territorio nacional.

Es incontable la cantidad de dominicanos que emigra cada día como resultado de un Estado que no está en capacidad de regular nada, absolutamente nada, cuyas consecuencias son un desbordamiento de las deficiencias y las precariedades.

El anuncio de Boruga de que se va a vivir a Miami es el resultado de que la gente ya no le importa la edad para irse porque no se siente cómodo en el país, ya que amén de las deficiencias en el suministro de energía eléctrica, en el servicio de salud y en otros tantos que hacen infeliz su vida en la tierra que les vio nacer, sin importar a qué estrato social se pertenece, hay un problema de seguridad ciudadana.

Sin embargo, lo más grave de todo es que han dañado a nuestra gente, porque los valores han sido sustituidos por anti-valores, imponiéndose el chisme, la envidia, el egoísmo y la maldad, mientras ha desaparecido la solidaridad, la hermandad y la reciprocidad.

Debe entenderse la decisión de Felipe Polanco (BORUGA), porque como muy bien dice hasta sus ahorros perdió en la estafa cometida por sus ejecutivos en contra del Banco Peravia, una historia repetida durante décadas en el país.

Boruga ha decidido irse a probar suerte a otro lado, pero como él hay miles, incluyendo excelentes profesionales académicos, que han decidido irse a vivir a otros lugares para procurar una vida más digna para ellos y los suyos.

Así como Boruga en el país se produce silenciosamente una preocupante fuga de cerebros porque en la República Dominicana sólo se puede sobrellevar la crisis a través de la politiquería a los que muy pocos están dispuestos.

Debe desearle lo mejor a un humorista que nos ha llevado mucha alegría y deseo de reír en medio de una situación adversa, muy dura, que abarca desde el comportamiento de mucha gente hasta la violencia y la delincuencia que cada día gana más y más terreno, sin que se sepa en qué momento le toca a usted ser víctima de los degenerados sociales y morales.

Boruga, vete tranquilo que nadie pone duda de tu aporte al entretenimiento, que es un elemento tan importante en el marco de los derechos humanos y de los momentos de felicidad que los hombres y mujeres de trabajo necesitan para revitalizar sus vidas.

Éxito, hermano Boruga.