Por David R. Lorenzo
“Olivo Tramposo”, así decía un banner o bajante que colocó en la puerta del IPPP en agosto del 2007, el periodista Rafael G. Santana con motivo de las elecciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) de ese año, en una emotiva acusación al secretario general de ese gremio, Olivo de León por las irregularidades cometidas por éste durante el certamente electoral.
De León acudió a la reelección y tuvo como contrincante a Fernando Custodio, candidato éste último de varios movimientos que entendieron que era oportuno presentar una plancha para revivir a los que los dirigentes de ese entonces habían convertido al SNTP en una entelequia sindical.
El primer inconveniente fue obtener el padrón electoral. El único que lo tenía era el señor Olivo, y éste durante toda la campaña ingresaba nuevos miembros, pero también sacó a muchos de los existentes, incluyendo a fundadores, sin mediar ninguna reunión ni resolución del Comité Ejecutivo.
Días antes del certamen, un grupo de dirigentes que apoyábamos a Custodio, sorprendimos en la sala de redacción del Listín Diario al señor Olivo llenando formulario de inscripción a periodistas de ese periódico.
Luego de muchas luchas, el padrón de Olivo, fue entregado 2 días antes de las elecciones. Cuando se produjeron las votaciones muchos periodistas que se creían miembros del SNTP se sorprendieron de que no estaban en el padrón de Olivo, y no pudieron votar. Desgraciadamente Olivo ganó. Pero Santana, como un acto de rechazo a los abusos de poder colocó el letrero.
Este 2 de agosto, la historia se repite. Por segunda ocasión en los 10 años que lleva Olivo mal dirigente ese gremio, la oposición forma una plancha encabezada por Samuel Rollins. Durante más de 2 meses se pidió el clandestino padrón electoral del SNTP, como forma justa de competencia.
El señor Rollins en varias oportunidades se enfrentó durante de manera verbal a la irresponsable presidenta de la Comisión Electoral, Eulogia Familia, para que entregara el padrón electoral. Esta señora siempre le decía que Olivo no había entregado el padrón.
Cansado de tanto insistir, y advertirle que Olivo estaba por sí solo manejando y manipulando su padrón, se entregaron varias cartas pidiendo lo mismo, con resultados negativos. Luego Rollins y otros dirigentes que le apoyaron, atraparon a 3 miembros de la comisión electoral, Eulogia Familia, Ramiro Estrella y Margarita de la Rosa, y le pidieron el padrón verbalmente y mediante una carta. Estos dijeron que le darían una respuesta, la cual no llegó.
El 26 de julio, Samuel Rollins entregó su plancha, con miembros del SNTP y pagó la cantidad de algo más de 44 mil pesos para poner al día en el pago de las cuotas a los miembros de la plancha, y pagó el derecho de inscripción. También ese día le volvió a pedir a la irresponsable de Eulogia, la entrega del padrón.
A todo esto hay que destacar, que en más de 2 meses la irresponsable Comisión electoral nunca llamó a los candidatos a una reunión, ni informó nada.
Sorpresivamente, el martes, 30 de julio, la Comisión se reune en el salón de reuniones del Instituto de Previsión y Protección del Periodista (IPPP) para comunicar a la plancha de Samuel Rollins, que la había descartado porque 12 de sus integrantes no figuran en el clandestino padrón que le suministró Olivo de León, incluyendo a Fernando Custodio, que había sido candidato a la secretaría general del gremio y al reconocido periodista Ernán Santana, quien había sido directivo del gremio, entre otros.
La comisión fue tan descarada que ni siquiera le dio oportunidad a la plancha de Rollins a sustituir a los dirigentes que Olivo había sacada de su padrón. Con una sola plancha, la que apoyó Olivo, se fueron en la farsa electoral del 2 de agosto. Durante el certamen Los del grupejo del Marcelino Vega brincaron, aplaudieron y brindaron con cervezas la felonía, porque después de todos este es un país de villanos y cómplices. Pero todo tiene su final. Que sigan brindando, y tal como dijo Rafael G. Santana en el 2007. Hoy más que nunca hay que colgar en el cielo otro letrero bien grande que diga ¡Olivo Tramposo!