Agencias
Ginebra. El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, destacó que los casos diarios de COVID-19 han descendido progresivamente desde hace ya cuatro semanas, pero aseguró que “no es el momento para que ningún país relaje las medidas”.
“La complacencia es tan peligrosa como el propio virus”, aseguró en rueda de prensa el experto etíope, quien pidió también a los ciudadanos que no bajen la guardia.
Aunque las dosis de vacunas anticovid administradas en el mundo ya sobrepasan los 150 millones, Tedros atribuyó más bien el descenso de los casos diarios a que “los países han sido más estrictos a la hora de implementar medidas de seguridad pública”.
“Cada vida que se pierde en estos momentos es aún más trágica si cabe, ahora que las vacunas se están distribuyendo”, subrayó Tedros.
Los casos globales de COVID-19 ascienden a 107 millones, mientras que los fallecidos en la pandemia se mantienen en 2.3 millones, aunque el pasado martes, 9 de febrero, se registró la cifra más baja de contagios diarios en casi cuatro meses (315,000).
En otro orden, la científica jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan, advirtió que algunas personas vacunadas contra la COVID-19 aún pueden contraer el virus, y aunque no se pongan enfermas, contagiar a otras.
“Si tienes la vacuna y contraes la enfermedad, la carga viral es mucho menor, así que las posibilidades de infectar a otros también puede que sean menores”, puntualizó la experta india.
Debido a esta posibilidad, y “hasta que sepamos más, es importante que todas las personas, aunque estén vacunadas, sigan manteniendo las medidas de seguridad: uso de mascarilla, lavado frecuente de manos y mantenimiento de la distancia de seguridad”, continuó Swaminathan.
Nueva York admite retrasó datos de muertes
La principal asistente del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, admitió en una llamada con legisladores demócratas que retrasaron la entrega de datos de fallecimientos por coronavirus en residencias de ancianos por miedo a que el Departamento de Justicia, entonces bajo la Administración de Donald Trump, pudiera usar esos números “en su contra”.