Las Naciones Unidas calificó la destrucción de los olivares como actos reprensibles. (Foto: Archivo)
La Organización de Naciones Unidas (ONU) condenó este domingo la destrucción de cultivos de olivos parte de colonos israelíes en Cisjordania, en plena temporada de cosechas. Pidió al Gobierno de Israel castigar a los responsables de estas acciones de violencia.
«Estoy alarmado por informaciones sobre ataques repetidos contra agricultores palestinos y la destrucción de centenares de olivares por colonos israelíes en Cisjordania, en plena temporada de cosechas», afirmó en un comunicado el coordinador especial de las Naciones Unidas para el proceso de paz en oriente medio, Robert Serry.
«Llamo al Gobierno israelí a llevar la justicia a los responsables (…) Estos actos son reprensibles», enfatizó Serry.
Al menos 35 actos de vandalismo contra los olivares, vides y árboles frutales fueron registrados entre septiembre de 2011 y julio de 2012, informó la asociación israelí de defensa de los derechos humanos Yesh Din.
Este sábado, decenas de olivares fueron incendiados en el poblado de Qaryut, en Cisjordania y el pasado 10 de octubre, más de un centenar de cultivos pertenecientes a los palestinos en la ciudad de Al Moughayer fueron arrancados.
La ONG Yesh Din señaló que en el 99 por ciento de los casos las quejas por estos abusos no prosperan.
«El fracaso de la policía en hacer aplicar la ley y proteger las propiedades de los palestinos anima al avance del fenómeno, pues los criminales que siguen impunes no dudan en volver a comenzar», deploró Yesh Din.
Según la Policía israelí, «cuatro personas fueron detenidas por estar directamente involucradas en los ataques».
La cosecha de olivares se caracteriza por las tensiones entre colonos israelíes y agricultores palestinos en Cisjordania, donde crecen, según la organización Oxfam, unos 9,5 millones de olivos.
Más de 340 mil colonos israelíes viven en Cisjordania y otros 20 mil en los barrios de colonización de Jerusalén Este.
Durante la Guerra de los Seis Días en junio de 1967, Israel invadió Jerusalén Este, que había sido asignada a Palestina, y bloqueó los pasos fronterizos necesarios para que los palestinos reciban ayuda humanitaria, alimentos y combustible.
La colonización, que muchos países del mundo consideran ilegal, es uno de los principales obstáculos a las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, suspendidas desde septiembre de 2010.