Otra vez la doble moral del PRM con el caso del diputado vinculado con el narcotráfico internacional.

Se ha hablado durante el primer año sobre los errores del Gobierno del PRM y que no tienen diferencias de fondo con lo ocurrido en las gestiones anteriores, ya que la mayoría de los nombramientos cuestionados provienen de la firma con puso y letra del presidente Luis Abinader, incluidas algunas candidaturas de la pasada contienda electoral.

El escándalo del momento es el apresamiento en los Estados Unidos de un diputado que fue escogido a sabiendas de que el no andaba por caminos muy claros, pero que además hizo donaciones importantes de dinero para convertirse en candidato por el partido de gobierno.

Pero este no es el único caso, porque de inmediato hay que agregar el hecho de que quien nombra a Josefa Castillo como Superintendente de Seguros, al administrador del Banco de Reservas, a la gobernadora de la provincia de Santiago, Rosa Santos y de otros personajes con  una conducta muy cuestionable es el  propio mandatario.

Hay que agregar que sobre la misma base aparece como candidato por la provincia Duarte el senador Franklin Romero, entre otros casos, que le quita validez al argumento de que cada quien es responsable de sus actos como una forma de disminuir su responsabilidad de apadrinar a narcotraficantes y corruptos en la administración pública.

Este tipo de cosas son normales en el PRM, como también las son en los demás partidos de todos los que se mueven en el escenario nacional, por lo que nadie le va a creer el cuento de que no sabían lo que ocurría con personajes como el diputado Miguel Gutiérrez Diaz, quien ahora enfrenta cargos que podrían condenarlo a cadena perpetua en los Estados Unidos.

Esta conducta del PRM ha provocado que su credibilidad haya sufrido un deterioro que ya lo iguala a otros partidos que han tenido el mismo comportamiento, porque esta organización ha dejado claro que se caracteriza por una gran falta de coherencia e irrespeta la palabra empeñada.

Visto estos detalles del comportamiento del PRM y de su presidente Luis Abinader hay que decir que lo que permite que algunos sectores de la vida nacional lo ponderen positivamente es por la escogencia de un Ministerio Público independiente, el cual ha jugado su papel de perseguir la corrupción, naturalmente, aunque esa no sea la convicción de la mayoría de los funcionarios del partido oficial y la decisión al respecto no es el resultado de la convicción al respecta del partido de gobierno.

La pregunta que muchos se hacen es si ciertamente hay una verdadera vocación de combatir la corrupción y el mal comportamiento, por qué entonces el presidente nombra y mantiene en algunas posiciones públicas a personas con un lastre muy pesado como la exdiputada Josefa Castillo y el actual administrador del Banco de Reservas, Samuel Pereyra Rojas, primo hermano del senador René Canaán, quien un jugó un papel de primer orden en el caso de los Super Tucanos durante el gobierno de Leonel Fernández  y los  vínculos de la responsabilidad de la primera  con escándalos como el nombramiento de botellas en  la institución que dirige.

Son numerosos los casos de funcionarios nombrados por el presidente Abinader que implica, sin lugar a dudas, un problema de conflicto de intereses, como por ejemplo el que preside el Instituto Nacional de Transporte Terrestre ( Intrant), Rafael Arias,  y el ahora suspendido administrador de la Lotería Nacional, Luis Michell Dicent.

Entonces en la mayoría de los casos el responsable de muchas de las irregularidades ocurridas durante los nueve meses del Gobierno del PRM y de Luis Abinader es el propio presidente de la República, quien además fue el que designó en una serie de posiciones a miembros de una misma familia.

De manera, que los principales problemas de que adolece el Gobierno no se deben buscar en los funcionarios, sino en el presidente Luis Abinader porque los nombramientos cuestionables son el resultado de su propia decisión.