En Otro Angulo: Harto Hasta el Cansancio

Nunca me imaginé que la escogencia del periodismo como profesión sería una condena a una intoxicación eterna. 

Ha sido tanta la pasión que hoy siento que corre por mis venas tinta y no sangre.

Es como una especie de condena a un ejercicio profesional a pesar de las circunstancias que casi me llevan a la frustración y en consecuencia al abandono de un oficio  que se supone debe tener como meta principal la denuncia de todo aquello que ponga en peligro la democracia, la cual debe tener como ejes fundamentales la igualdad de oportunidades y el bien común. 

Sin embargo, el periodismo de hoy genera muchas dudas e incertidumbre por la forma en que ha sido impactado por la inversión de valores.

La ética es un valor prácticamente desaparecido de los medios de comunicación social del país, en virtud de que tal como lo he dicho en varias ocasiones el Estado impone valores y anti-valores.

El hecho de que muchos periodistas hoy reciban pagas significativas para convertirse en ecos del gobierno nos explica hasta dónde toda la sociedad está gravemente enferma.

De cualquier modo, tengo que confesar que aunque soy una persona con defectos y debilidades como todos los seres humanos, ya no soporto la tolerancia que se observa en diferentes estamentos de la vida nacional con el grave problema de la corrupción institucionalizada que prevalece en el país.

Este problema que ha tomado una dimensión insospechada provoca que uno se sienta mal oliente y complemente decepcionado de sus orígenes.

A veces  tengo la impresión que los que luchan por la decencia nacional han perdido la batalla.

Es como si todo estuviera perdido.

Pero tal y como lo dije al principio ya no puedo sacar de mis venas la tinta que corre por ella, por que la vocación periodística y de servicio han doblegado mi vida.

No obstante, tengo que reiterar que me siento harto hasta la saciedad de los escándalos de corrupción que cada día se producen  en la tierra que me vio nacer.

Eso y no otra cosa es lo que pienso en lo más profundo de mi ser.