EFE
CIUDAD DEL VATICANO. El papa Francisco cargó contra “las lógicas particulares y nacionales” que ponen en riesgo el sueño de los fundadores de Europa y defendió el diálogo para impedir que “formaciones extremistas y populistas” hagan “de la protesta el corazón de su mensaje”.
Jorge Bergoglio ofreció un discurso a los participantes de un foro de diálogo sobre el futuro de Europa organizado en el Vaticano y dijo que “las lógicas particulares y nacionales corren el riesgo de frustrar los sueños valientes de los fundadores de Europa”.
Además, apostó por el diálogo político y afirmó que en su ausencia “encuentran terreno fértil” las formaciones “extremistas y populistas que hacen de la protesta el corazón de su mensaje político, sin ofrecer un proyecto político como alternativa constructiva”.
El papa Francisco pronunció hoy su quinto discurso sobre Europa y la Unión Europea (UE) y lo hizo en la ceremonia de conclusión del evento “(Re)thinking Europe” (”Repensando Europa”), un acto organizado por la Santa Sede y la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (Comece).
Al acto han asistido figuras como el presidente del Parlamento Europeo (PE), Antonio Tajani; el vicepresidente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermans; o Mairead McGuinness, una de las vicepresidentas del PE.
Para Francisco, “quien se atrinchera detrás de las propias posiciones, termina por sucumbir”, y por tanto, lejos de “construir trincheras”, los países europeos deben tener “la valentía de trabajar para perseguir plenamente el sueño de los Padres fundadores de una Europa unida y concorde, comunidad de pueblos que desean compartir un destino de desarrollo y de paz”.
En este camino, “favorecer el diálogo -cualquier diálogo- es una responsabilidad fundamental de la política”, dijo Bergoglio, quien lamentó que “se nota demasiado a menudo cómo esta se transforma más bien en un lugar de choque entre fuerzas opuestas”.
“Los gritos de las reivindicaciones sustituyen a la voz del diálogo. Desde varios lugares se tiene la sensación de que el bien común ya no es el objetivo primario a perseguir y ese desinterés lo perciben muchos ciudadanos”, sostuvo.
Criticó también las veces en las que “el diálogo viene sustituido por una contraposición estéril, que puede también poner en peligro la convivencia civil, o por una hegemonía del poder político que enjaula e impide una verdadera vida democrática”.
El papa Francisco señaló la importancia de una Europa en la que los valores esenciales sean el “diálogo, la inclusión, la solidaridad, el desarrollo y la paz”.
El diálogo es prioritario para frenar los enfrentamientos y colocar a la política al servicio del bien común, mientras que la inclusión permitirá “valorar las diferencias, asumiéndolas como patrimonio común y enriquecedor”.
En este sentido, “los refugiados y los desplazados” son “personas que no pueden ser elegidas o descartadas por el propio gusto, según lógicas políticas, económicas o incluso religiosas”.
La UE también ha de ser solidaria y “cuidar de los más débiles de la sociedad, de los pobres, de los que son descartados por los sistemas económicos y sociales, a partir de los ancianos y los desempleados”.
Finalmente, es responsabilidad de los gobernantes europeos “crear las condiciones económicas que favorezcan un sano empresariado y niveles adecuados de empleo”, y trabajar en favor de “una cultura de la paz”.