Opinión

Para capitaleños solamente

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Por Hamlet  Hermann

La calle Doctor Delgado nada tiene que ver con Gazcue

En la medida que pasa el tiempo, son más frecuentes los gazapos de la prensa nacional en torno a la geografía urbana de Santo Domingo, la capital dominicana.

Para analizar los actuales errores geográficos urbanos puede ponerse como ejemplo el caso de un desalojo masivo que realizó la Policía Nacional en el extremo Suroeste de la calle “Doctor Delgado” contra personas de escasos recursos económicos. Algunos medios de comunicación ubicaron ese lugar en la zona de Gazcue. Nada ni nadie puede estar más equivocado ni desconocer tanto la historia de ese tramo de la calle “Doctor Delgado” si titula la noticia de esa manera.

En base a los mapas de Casimiro de Moya hechos en 1900, 1916 y 1924, Gazcue (con Z) aparece dentro del cuadrante que hoy encierra a las calles César Nicolás Penson, Leopoldo Navarro, avenida Francia y avenida Máximo Gómez. En sus vértices están hoy ubicados la Plaza de la Cultura, la embajada de Estados Unidos, el Palacio de la Policía Nacional, y el Ministerio de Educación Superior. Eso es Gazcue.

Desde la segunda ocupación militar de Estados Unidos contra República Dominicana en el siglo veinte, entre 1916 y 1924, aquella zona se convirtió en una de las más exclusivas de todo el país. Residir allí, se constituía en llave que abrió, en lo adelante, muchas puertas sociales y económicas de la nación. Se crearon desde entonces residencias en los terrenos que fueron de Gosling, Michelena, Ricart y Pimentel. Pretendían competir con las estancias de la avenida Independencia propiedad de los Vicini, Henríquez y Alfonseca. De esas pretensiones, surgieron expresiones sociales como “los blanquitos de Gazcue” que trataba de discriminar a ciudadanos de otros sectores de la capital.

Hasta mediados de la década de los años 1960, los medios de comunicación raras veces cometían gazapos geográficos porque quienes redactaban, corregían y aprobaban los reportajes conocían “a pie juntillas” cada pedazo de la capital dominicana. En 1965, el centro de la ciudad era el Parque Independencia y sus arterias comerciales: la calle de El Conde y las avenidas Mella y Duarte.  Gazcue siempre fue un sector residencial exclusivo. La ciudad era chiquita y todos se conocían entre sí. Las referencias personales o comerciales se reducían a una cuestión barrial. Para bien o para mal, la gente era sancarleño, miguelete, Villano o de Gazcue para que los acuerdos tomaran forma o se deshicieran.

El problema principal para los gazapos geográficos y urbanísticos  de los medios impresos de ahora reside en que, quisiera equivocarme, esas delicadas tareas no son realizadas por profesionales con conocimiento profundo de la historia capitaleña. Y los periódicos son los que mejor huella dejan para el recuerdo de los errores. Tampoco podemos dejar fuera de la lista de desinformados, aunque imperdonables estos, a las empresas que publican mapas geográficos titulando, aparentemente, los sectores capitaleños en base al rumor público, no a los documentos históricos.

En alguna medida, deben ser disculpados los medios de comunicación porque, a partir de la guerra patria de 1965, esa explosión social desató un crecimiento desmedido e incontrolado de la ciudad. Al deterioro se sumaron los Partidos políticos que entregaron el manejo de Santo Domingo a ignorantes del urbanismo y seleccionaron como alcaldes a provincianos y arrabaleros a quienes nunca les dolió la capital.

La calle “Doctor Delgado” nada tiene que ver con Gazcue. En sus orígenes empezaba en la avenida Bolívar y trepaba hacia el Norte hasta la avenida México, donde se le interponía la finca de Federico Velásquez, zona conocida como “La Generala”. Si por fin se prolongó hacia el Sur, desde la Bolívar hasta la Independencia, fue gracias a las difíciles negociaciones sostenidas, desde 1924, entre Lico Lugo y Haim López-Penha, además de Miguel Guerra Parra. Desde entonces esa zona se ha llamado Ensanche Lugo y esperemos que la sigan llamando así como señala la historia documental.

El Ministerio de Educación Superior y la inefable alcaldía capitaleña debían prestar un poco de atención a cómo se diseminan ignorancias por el cuerpo social de la nación dominicana que, en definitiva, van a caer en los medios de comunicación. Y eso hay que evitarlo para que no siga creciendo el atraso y la ignorancia.

Artículo publicado originalmente en el periódico HOY.

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