Parece que la Suerte Nos Protege.

Por Elba García.

En la República Dominicana siempre ha primado en todas las actividades nacionales la falta de planificación, la cual forma parte de toda una cultura nacional.

Sin embargo, pese a ese proceder al azar del dominicano y principalmente de las autoridades nacionales, la suerte siempre ha acompañado el país.

Esta afirmación se desprende de los fenómenos naturales que han impactado el territorio nacional, como los huracanes que, aunque producen daños, pero no tan cuantiosos que dejen a la nación en una situación de auxilio internacional.

Esto ha sido observado con los movimientos sísmicos, ya que pese al desorden que se vive en la nación por no seguir en las construcciones las recomendaciones en esta materia, durante décadas no se produce un terremoto que se constituya en un gran peligro nacional.

Son diversos los temblores de tierra que se originan en las fallas tectónicas que tiene el país, pero los mismos no pasan de ser fenómenos que no tienen la fuerza para causar daños cuantiosos y más que nada se  convierten en una forma de escape de energía y en consecuencia de disminuir la ocurrencia de otro de mayor magnitud.

Los huracanes amenazan a la República Dominicana durante prácticamente todas las temporadas ciclónicas, pero al final de la misma las más afectadas son otras poblaciones hermanas, como Puerto Rico, Haití y la Florida.

La suerte ahora vuelve a estar presente en el país con la entrada al territorio nacional del huracán Fiona, al cual le acompaña una furia equivalente a una velocidad de 150 kilómetros por hora, pero podría decirse que para su fortaleza los daños causados son de no tanta importancia.

Regularmente en el país no se toman las medidas preventivas para evitar una gran desgracia nacional a consecuencia de los fenómenos naturales, lo cual es perfectamente medible mediante los bajos presupuestos que se destinan a los organismos de socorro del país.

Hablar de cuerpos de bomberos, Cruz Roja, Defensa Civil y otros organismos de prevención y socorro del país, es referirse a instituciones que no tienen dolientes y que su nivel de planificación es prácticamente nulo.

Pero, aunque la falta de planificación se expresa con mayor contundencia en este tipo de entidades, también hay que decir  que se trata de una plaga que está diseminada en todas las instancias públicas y privadas  de la República Dominicana.