Opinión
Pasó lo que Debió Ser
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Por José Cabral
La decisión impacta de forma muy importante a la democracia dominicana, porque el hecho de que el voto en favor de un diputado, por ejemplo, se le sume a un candidato a senador, lesiona gravemente la intención y la voluntad del votante.
Es como imponerle en contra de su voluntad un candidato que ni tal vez tomó en cuenta a la hora del sufragio y peor todavia que ese aspirante no sea de su agrado.
La sentencia evacuada por el Constitucional es una especie de gran impulso de la vocación democrática en la sociedad dominicana. Es una recuperación de una parte de los valores democráticos.
La eliminación de unas de las tantas manipulaciones de los partidos que se promueven a través del asistencialismo clientelar mediante su control de las cámaras legislativas, resulta saludable cuando soplan vientos de mayor democracia y empoderamiento ciudadano.
La sentencia del Constitucional nos devuelve un valor democrático secuestrado por los comerciantes de la política.
A partir de ahora el aspirante a senador tendrá que rascarse con sus propias uñas.
Tendra que gestionar y ganarse sus propios votos.
Esta decisión proyecta el actual proceso electoral mucho más equitativo y democrático.
El arrastre ya no existe en ninguno de los niveles elección, como son el municipal, el congresual y el presidencial.
La elección de todos los aspirantes a cargos electivos descansa en una metralleta cincuenta que porta cada ciudadano, figuradamente hablando, que no es más que su voto.
El ciudadano ahora tiene mayor garantia de que su voto no sea manipulado en favor de los rastreros que van a la política a cometer todas las bellaquerías imaginables y no imagínales.
El Tribunal Constitucional ha establecido una herramienta muy importante para adecentar la política nacional.
Es una forma también de fortalecer la pretendida independencia de los tres poderes del Estado.
Porque en la medida de que el votante tenga la opcion de votar por un senador y un diputado de partidos diferentes, constituye una decision importante para la tan proclamada independencia de los tres poderes del Estado.
Ahora el ciudadano tiene la última palabra con el depósito de su voto en la urna que le corresponda, sobre todo si ejerce un sufragio pensando en el futuro de la nación