David Ortiz, uno de tres que batearon .300, con 30 HR y 100 CE.
Bartolo Colón logró una campaña con niveles de Cy Young.
SANTO DOMINGO. A punto de cumplir 38 años y saliendo de una cirugía en su tendón de Aquiles derecho que le costó perderse los primeros 23 partidos de la temporada, David Ortiz terminó la campaña dentro de un reducido círculo que lo completan Paul Goldschmidt y Miguel Cabrera: promediar .300, batear 30 o más jonrones y remolcar más de un centenar de carreras.
El desempeño de Ortiz encabeza titulares de la memoria de otro gran año para el batallón de dominicanos integrado por 146 hombres que pasaron por las Grandes Ligas, que consolidó la imagen del producto exportable de mayor valor libra por libra del país.
El coliderato de jonrones en la Liga Nacional por Pedro Álvarez (36 con Goldschmidt), el título de incogibles en la Americana de Adrian Beltré (198 antes del partido da anoche) y el de doblete de Manny Machado (51) son solo algunas estadísticas individuales en negritas logradas por los criollos.
Francisco Liriano, Bartolo Colón, Ubaldo Jiménez y Rafael Soriano llevaron la voz cantante desde el montículo. El zurdo debutó a mediados de mayo, pero recuperado y terminó con 16-8, 3.02 de efectividad y 163 ponches. Colón fue segundo en triunfos en la Americana con 18, segundo en efectividad (2.65) en 30 aperturas, su mayor cantidad desde 2005.
Fue un año en el que las lesiones afectaron a estelares como Albert Pujols, José Bautista, Edwin Encarnación, José Reyes, Johnny Cueto y Wandy Rodríguez, el año en el que Miguel Tejada salió por la puerta trasera y es poco probable que se abra otra vez.
Un total de 29 dominicanos jugaron por primera vez un partido en las Grandes Ligas, la segunda cifra más alta en los 57 años de presencia en el principal escenario del béisbol.
Beltré, a pesar de que septiembre fue su mes menos productivo, mantuvo su condición de estrella y recorrió parte del trayecto que lo puede llevar a Cooperstown con su .316, 30 vuelacercas, 92 remolques y una defensa que solo la temporada fuera de serie de Machado pudo eclipsar. Quedó a las puertas de los 2,500 hits y 400 jonrones.
Robinson Canó fue de lo pocos puntos luminosos de los Yanquis en la segunda mitad con una estación redonda de .314, 27 vuelacercas y 107 producidas.
Encarnación superó por segundo año en fila los 30 bambinazos de cuatro bases y las 100 vueltas impulsadas, con lo que selló su ingreso al club de los sluggers.
Hanley Ramírez se reencontró con el jugador que fue entre 2006 y 2010 en Florida. Ramírez retornó al campo corto y superó dos visitas a la lista de lesionados para terminar bateando para .345, promedio de embasarse de .402, 20 jonrones y 57 producidas en apenas 86 partidos disputados para aportar a la clasificación de los Dodgers.
Nelson Cruz y Johnny Peralta empañaron la que pudo ser su mejor campaña en su vinculación al escándalo Biogénesis, uno que «embarró» a nueve dominicanos. Alex Rodríguez regresó para acercarse más a las leyendas, pero su legado está demasiado manchado.
Figuras jóvenes como Jean Segura (.294, 44 robos y 10 triples), Wilín Rosario (.294, 21 HR y 79 CE) y Starling Marte (.280, 41 estafas y 26 dobles) confirmaron los pronósticos sobre el potencial que tienen.
Gómez, líder de war
Sin embargo, ninguno de los jugadores arriba mencionados acumuló mejores números redondos a los ojos de la polémica sabemetría que Carlos Gómez. El jardinero central de los Cerveceros acumuló 8.4 victorias sobre un jugador reemplazo (WAR), el más alto de la Liga Nacional y el segundo mejor de todo el béisbol, solo detrás de las 9.2 que logró Mike Trout (Angelinos). Es decir, el aporte general que hizo Gómez fue superior al de jugadores con calibre de MVP como Miguel Cabrera, Josh Donalson, Chris Davis, Canó, Andrew McCutchen y Goldschmidt.
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