El rey Juan Carlos de España, el canciller español José Manuel García-Margallo, y el jefe de gobierno Mariano Rajoy, participan en una reunión de la XXII Cumbre Iberoamericana en la ciudad de Cádiz.
CADIZ.- La comunidad internacional debe analizar las consecuencias de la legalización de ciertas drogas decidida por algunos países, consideraron los jefes de Estado y de gobierno reunidos en la XXII Cumbre Iberoamericana, que pidieron una sesión especial de la ONU sobre el tema.
Tras reconocer que «el problema mundial de las drogas, la trata de personas, el tráfico ilícito de armas, municiones y explosivos y el lavado de dinero, representa una grave amenaza para el bienestar y la seguridad de los ciudadanos», la declaración final de la cumbre pidió «una mayor coordinación» en la lucha contra estos delitos.
También solicitó «analizar las consecuencias políticas, económicas y sociales de las medidas que se han adoptado o están siendo discutidas en algunos países para legalizar el consumo de ciertas drogas, lo cual supone un cambio significativo con respecto a las convenciones internacionales vigentes».
Además, los jefes de Estado y de gobierno iberoamericanos reunidos el viernes y el sábado en Cádiz decidieron «respaldar, la celebración de una sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el problema mundial de las drogas, a más tardar en 2015.
El objetivo de esta sesión debe ser «evaluar los logros y limitaciones de las políticas actuales para enfrentar dicho problema, en particular la violencia» que genera, consideraron.
Los líderes iberoamericanos abogaron porque dicha reunión permita buscar acciones para mejorar la eficacia en la lucha contra el narcotráfico, que consideran también una amenaza para «el crecimiento, el desarrollo económico y, en algunos contextos, la estabilidad democrática y el Estado de derecho».
El presidente mexicano, Felipe Calderón, había mostrado por la mañana en la sesión plenaria de la Cumbre su satisfacción por la inclusión de este punto en la declaración tras recordar la decisión de algunos estados norteamericanos de legalizar el consumo de marihuana.
Este hecho «nos obliga a todos una reflexión ineludible», dijo Calderón, asegurando que más que la droga en sí, «nos preocupa especialmente la violencia asociada a esas drogas» llevada a cabo por los grupos de narcotraficantes.
«Nosotros enfrentamos con arrojo y determinación esos cárteles criminales y hace rato los hubiéramos vencido y derrotado si no fuera porque cada año les llegan a esos grupos miles de millones de dólares provenientes de esos consumidores, fundamentalmente americanos y muchos europeos», dijo Calderón.
Calderón que a finales de este año termina un mandato centrado desde el principio en la lucha contra los carteles de su país, cifró en 20.000 millones de dólares anuales los ingresos del narcotráfico mexicano.
«Es fundamental que reflexionemos como podemos, no retirar la lucha que llevamos, sino fortalecerla» y «dar un paso más y es cómo cortar el flujo de dinero de los consumidores a los grupos criminales», dijo.
Junto a Calderón, que asistió en Cádiz a su última Cumbre Iberoamericana antes de ceder el poder en diciembre a Enrique Peña Nieto, también Honduras llamó a más colaboración contra el narcotráfico.
La vicecanciller hondureña, Mireia Agüero, recordó la necesidad de seguir haciendo frente al narcotráfico y al crimen organizado, para lo que se «requiere no solo medidas nacionales, sino regionales».
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