De 2000 a 2012, América Latina y el Caribe registró un crecimiento medio anual de 0,67 %
MEXICO, (EFE).- Latinoamérica registra desde el inicio del siglo XXI el mayor crecimiento de los indicadores de desarrollo humano en el mundo, impulsado por Estados fuertes que han experimentado una integración gradual a la economía mundial, indicó hoy un informe de Naciones Unidas.
De 2000 a 2012, América Latina y el Caribe registró un crecimiento medio anual de 0,67 % en su Índice de Desarrollo Humano (IDH), el mayor incremento de todas las regiones, según un informe
elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentado hoy en México.
El valor promedio regional del IDH, que toma en cuenta ingresos per cápita, esperanza de vida y acceso a salud y educación, entre otros componentes, es de 0,741, el segundo mayor después de la región de Europa y Asia Central con 0,771 y por encima de la media mundial de 0,694.
Tres países de la región (Barbados, Chile y Argentina) están en el grupo de naciones con desarrollo humano muy alto, otros 19 estánmen el grupo de desarrollo alto y 10 en el de desarrollo medio. Haití es el único del conjunto de países con desarrollo humano bajo.
De acuerdo con el informe «El ascenso del Sur: Progreso humano en un mundo diverso», Latinoamérica muestra un buen comportamiento en todos los componentes del IDH, entre los que destaca una esperanza
media de vida de 74,7 años.
De hecho, subraya, la esperanza de vida es casi cinco años superior que el promedio mundial.
El documento señala que el progreso registrado en casi todo el mundo en cuanto a desarrollo humano entre 1990 y 2012 fue particularmente acentuado en 40 naciones de diversas regiones, entre
ellas Brasil, Chile y México.
Estos países «son considerados pioneros en los tres impulsores del desarrollo: mayor proactividad del Estado en políticas de desarrollo, mayor integración con los mercados globales, y sobre todo innovación ejemplar en políticas sociales», dijo Heraldo Muñoz, director del PNUD para América Latina y el Caribe.
El documento elogia los programas sociales aplicados en la región, en particular los dirigidos a reducir la pobreza y las desigualdades sociales históricas, como «Oportunidades», de México, y el brasileño «Bolsa Familia».
Señala que éstos y otros esquemas de transferencia condicional de dinero, como «Chile Solidario», han contribuido a impulsar una distribución más equitativa de las oportunidades socioeconómicas.
Los éxitos en política social de Latinoamérica se están emulando cada vez más en otras regiones. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, viajó a México para estudiar «Oportunidades» antes de
lanzar «Opportunity NYC: Family rewards», el primer programa de transferencia condicional de dinero en Estados Unidos.
«Al diseñar ‘Family rewards’ nos basamos en las lecciones aprendidas en Brasil, México y otra decena de países. Nadie tiene el monopolio de las buenas ideas», dice Bloomberg en el reporte.
Si bien América Latina ha visto cómo la desigualdad de ingresos ha caído en la mayoría de los países desde 2000 en gran medida gracias a las iniciativas nacionales de lucha contra la pobreza, la región sigue teniendo la distribución de riqueza más desigual de todo el mundo.
«En Brasil, al menos una cuarta parte de la desigualdad en igresos está asociada con circunstancias familiares, como los logros educativos de los padres, la raza o la etnia», resalta el documento.
Añade que dicha persistencia de los patrones de distribución de ingresos a través de las generaciones «también se hace patente en Chile y México, si bien este último ha aumentado la movilidad intergeneracional en los últimos años».
Al mismo tiempo, los Gobiernos de América Latina y de muchos otros países en desarrollo procuran tener más participación en la toma de decisiones en la esfera mundial. La creación del G20 es un primer paso, pero no es suficiente, dice el informe.
Y añade: «las instituciones de Bretton Woods, los bancos regionales de desarrollo e incluso el propio Sistema de Naciones
Unidas están en riesgo de perder relevancia si no logran representar adecuadamente a todos los Estados miembros y a todos sus ciudadanos».