La pobreza extrema pasó de 4,39% a 3,87 %. (Foto: El Telegrafo)
La pobreza extrema se redujo en Ecuador 0,52 puntos porcentuales en el último año gracias a las políticas económicas y sociales impulsadas por el Gobierno de Rafael Correa, pasó de 4,39 por ciento a 3,87 por ciento. La pobreza urbana también se redujo 0,99 puntos porcentuales, al pasar de 17,74 por ciento a 16,75 por ciento.
Según las cifras suministradas por el titular de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), Pabel Muñoz, el ingreso actual cubre el 100,17 por ciento de la canasta básica familiar hasta abril.
Los cambios económicos experimentados en Ecuador en los últimos años, parecen materializarse en este nuevo período de Gobierno en una mejor calidad de vida de los ciudadanos, destacó Muñoz.
Las cifras avalan una transición que comenzó en 2006 y que logró disminuir la pobreza por ingresos en 12 puntos y la desigualdad en 8, según datos de la Senplades.
“Hemos tenido un crecimiento sano y estable en los últimos 7 años, más que el promedio latinoamericano”, aseguró Muñoz.
La inversión pública ecuatoriana es la mayor en la región con 15 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), por lo que, según Muñoz, un avance así no es para extrañarse.
La política del Gobierno de privilegiar la deuda pública frente a la externa y decisiones radicales como repatriar capitales del sector financiero, invertir en productividad, en construcción de carreteras, hospitales, centros de salud y escuelas, han sido elementales en este año de cambios.
Para muestra, Muñoz cita a los más de ocho mil estudiantes becados en las mejores universidades del mundo y una inversión del 2 por ciento del PIB en educación superior. A ésto se añade la universalidad de la educación básica, que permite a la población infantil acceder a la escolaridad sin discriminaciones de ningún tipo.
Para un crecimiento sostenible, Muñoz consideró que la decisión política de priorizar la inversión social es imprescindible. Además, es importante que haya una mayor conciencia cívica de la ciudadanía y la corresponsabilidad de mantener estos logros en el tiempo.
Infografía Fuente El Telégrafo