Reportaje Desde que la Justicia estadounidense divulgó en diciembre de 2016 un expediente en el que se desglosan pagos de sobornos de la empresa brasileña en 12 países, importantes figuras políticas de la región han sido acusadas de recibir dinero irregular para el financiamiento de sus campañas electorales.
SANTO DOMINGO. Las investigaciones comenzaron en Brasil, pero desde finales de 2016 se han extendido por América Latina. Mencionar a Odebrecht en la región es sinónimo de alegada corrupción en Venezuela, Panamá, Argentina, Ecuador, Perú, Guatemala, Colombia, México y la República Dominicana. Y los acusados, en su mayoría, son políticos.
El caso hermano, Petrobras, fue un detonante para la destitución de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil. Sus abogados procuran defenderla de esa decisión, argumentando falsedad en el testimonio de tres importantes condenados: el expresidente del Grupo Odebrecht, Marcelo Odebrecht; el publicista Joao Santana y su esposa Mónica Moura.
El trío ha sostenido que Rousseff y el expresidente Lula da Silva conocían de los pagos irregulares que hacía Odebrecht, a través de la “Caja 2”, para beneficios políticos.
El sustituto de Rousseff, Michel Temer, admitió en abril que se reunió con representantes de Odebrecht, aunque alegó que nunca abordó “negocios oscuros”.
La empresa tenía un departamento de “Operaciones Estructuradas” para los cuestionados desembolsos. Según un expediente de la Justicia estadounidense, entre 2001 y 2016, Odebrecht pagó unos US$788 millones en sobornos en 10 países latinoamericanos y dos de África en relación con proyectos de obras.
Las declaraciones ante la justicia brasileña de la pareja Santana-Moura también señalan pagos de la compañía para las campañas presidenciales de Mauricio Funes en El Salvador (2009), José Eduardo dos Santos en Angola (2012) y del candidato José Domingo Arias en Panamá (2014). También, al presidente venezolano Nicolás Maduro, de quien Moura dijo que le pagó US$11 millones en efectivo no declarados por trabajos en la campaña para la reelección de Hugo Chávez en 2012.
Odebrecht también declaró que se entregaron US$3 millones al candidato a la presidencia de Perú, Ollanta Humala, para la campaña de 2011. Además, se habría dado un soborno de US$20 millones al expresidente peruano Alejandro Toledo (2001-2006), contra quien hay una orden de detención.
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