(Reproducido de ElNuevoHerald.com)
Por EZEQUIEL ABIU LOPEZ, Associated Press
SANTO DOMINGO, República Dominicana — El gobierno de Polonia pidió el miércoles al gobierno dominicano las pruebas contra dos sacerdotes polacos, incluido el destituido nuncio apostólico Józef Wesolowski, acusados por supuesta pederastia en el país caribeño.
«La intención de la procuraduría polaca es obtener el material que manejan» las autoridades dominicanas, explicó a periodistas Maciej Zietara, embajador de Polonia en Colombia y concurrente para República Dominicana.
El diplomático se entrevistó el miércoles con el procurador dominicano, Francisco Domínguez Brito, a fin de solicitarle los expedientes judiciales sobre cada uno de los sacerdotes, quienes salieron de República Dominicana este año antes de que las autoridades y las presuntas víctimas formalizaran las denuncias en su contra.
República Dominicana y Polonia no tienen acuerdos bilaterales de extradición.
Zietara arribó a República Dominicana luego de que la procuraduría del país caribeño solicitó a finales de septiembre a través de Interpol la localización y arresto del sacerdote polaco Wojcieh Waldemar Gil, quien regresó a Polonia en mayo pasado.
Gil, de 36 años, está acusado de abusar sexualmente de al menos dos monaguillos menores de edad en la comunidad montañosa de Juncalito, 200 kilómetros al noroeste de Santo Domingo, donde del sacerdote fue párroco durante 8 años.
Cuando las familias de los adolescentes presentaron sus denuncias en la fiscalía, Gil se encontraba de vacaciones en Polonia y desde entonces no ha regresado a República Dominicana. El sacerdote, quien debido a las denuncias fue suspendido por su congregación, acostumbraba llevar a Polonia a algunos de los monaguillos dominicanos.
De acuerdo con el expediente de la procuraduría dominicana, las autoridades confiscaron en la casa curial donde vivía Gil ropa interior femenina, discos duros y memorias digitales en donde había unas 87.000 fotografías y videos con pornografía infantil.
El procurador Domínguez Brito dijo la semana anterior que no en todos los casos se podía determinar si se trataba de niños dominicanos o de otros países.
Ramón Peralta, padre de uno de los adolescentes, explicó recientemente a The Associated Press que durante unos tres años el sacerdote manoseaba sexualmente a su hijo, que en la actualidad tiene 15 años.
El expediente también indica que uno de los adolescentes denunció que el sacerdote los obligaba a practicarle felaciones.
La policía polaca anunció el pasado 2 de octubre que había localizado a Gil en la casa de su familia en una localidad al sur de Cracovia, pero no lo detuvo porque Interpol no había solicitado su arresto. Ese mismo día la procuraduría dominicana difundió la solicitud de arresto contra el sacerdote que había enviado a la policía internacional.
La falta de un tratado bilateral de extradición con Polonia «no impedirá que llevemos a cabo todos los esfuerzos que estén a nuestro alcance para judicializar al imputado y que éste sea condenado», indicó el procurador Domínguez Brito en un comunicado.
De manera independiente a las denuncias contra Gil, la procuraduría dominicana investiga al recién destituido nuncio apostólico, el obispo polaco Józef Wesolowski, quien fue retirado por el Vaticano de República Dominicana poco antes de que los medios de comunicación locales comenzaran a difundir en septiembre rumores que lo vinculaban con la pederastia.
El único cardenal dominicano, Nicolás de Jesús López, explicó el mes pasado que él había llevado la denuncia al Vaticano y que Wesolowski enfrenta un proceso en el tribunal de la Doctrina de la Fe, que es el competente para casos de abuso contra menores.
El expediente judicial contra Wesolowski incluye los interrogatorios al seminarista Francisco Occi Reyes, detenido en calidad de preso preventivo por intentar abusar sexualmente de un menor de edad, quien reveló que fue amante durante unos dos años del ex nuncio.
Occi Reyes, de 28 años, dijo esta semana una entrevista de televisión con la periodista Nuria Piera que Wesolowski buscaba adolescentes de entre 14 y 16 años para satisfacer sus deseos sexuales y los elegía de entre los adolescentes que trabajan como limpiabotas en las calles de Santo Domingo y «si eran blanquitos, mucho mejor.
Wesolowski y Gil mantenían una estrecha amistad.