De portada
Pontificación, doble moral y simulación dominan escenario y con politiquería como regla del juego en el liderazgo nacional.
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Pontificación, doble moral, antivalores y acciones reprochables de la clase política dominicana cuyos actores pasan de la noche a la mañana de corruptos a la enarbolación de principios éticos y de izquierda que no representa su verdadera identidad.
Este político es quizás y sin quizás uno de los actores del escenario nacional que representa muy fielmente los antivalores, la doble moral y la simulación, lo que en consecuencia no parece tener cabida para justificar su salida de un partido que nadie niega que ha llegado al peor de los corrompimientos ético-morales.
Valentín no tiene ni siquiera la naturalidad que debe adornar a cualquier político que pretenda enarbolar las ideas que él dice pregonar, porque este expresidente de la Cámara de Diputados, que simula tener posiciones de izquierda, es uno de los ejemplos que deja claro hasta donde los antivalores han ganado terreno en la sociedad dominicana.
Valentín es una negación de la buena política que reclama la sociedad para llevar al país a otros niveles de institucionalidad y de decencia nacional, pero como en el país todo se vale este personaje se puede dar el lujo de desdoblarse y presentarse como un abanderado de ideas de izquierda tal vez para ponerse a tono con lo que ocurre en muchos países latinoamericanos.
Dos ejemplos a tomar en cuenta en la gran desviación que ha sufrido la sociedad dominicana en lo que respecta a la doble moral y la pontificación, Julio Cesar Valentín y el ahora candidato presidencial del PLD, Abel Martínez.
Cualquiera siente asco cuando una figura con tantas deudas económicas y sociales con el pueblo dominicano como Julio Cesar Valentín ahora pontifique después de haberse enriquecido con los dineros del erario nacional y que es uno de los ejemplos más convincentes de que los políticos dominicanos primera buscan enriquecerse con el patrimonio publico y entonces presentan en el Congreso Nacional un proyecto de ley anticorrupción, lo cual siguió al pie de la letra este personaje de la política nacional.
Valentín tiene una cara tan dura que luego del PLD haberlo salvado de ser procesado por su conducta pro-corrupción, ahora resulta que él quiere salirse de ese festival de malas acciones a partir de un inculpamiento de sus propios compañeros, no sólo de partido, sino de visión de cómo se debe hacer jugar con los recursos del pueblo dominicano.