Presidencialismo versus institucionalidad

Por José Cabral

El ex- presidente Donald Trump ha dejado claro que el presidencialismo en Estados Unidos puede tanto o más que la justicia.

Son diversos y muy variados los cargos que pesan en contra de este ex-mandatario y aspirante a la Casa Blanca, pero que su condición de ex-presidente lo coloca por encima de la ley y del sistema institucional de la que dice ser la más fuerte democracia del mundo.

El asunto toma un curso tan delicado que hechos tan impensados y bochornosos como amenazar de muerte a un juez que conoce uno de los casos en contra de Trump pasa a hacer algo tolerado, común y corriente.

Tanto es así que la propia Corte Suprema de Estados Unidos maneja el caso Trump como si no quisiera ventilarlo, todo por su condición de expresidente.

Todo el mundo sabe que en la Suprema Corte de  Justicia de los Estados Unidos hay (9) nueve jueces conservadores y otros (3) tres designados durante el mandato de Trump, lo cual parece ser la razón para no querer afrontar el principal problema que aqueja hoy a la sociedad norteamericana, que no es otro que la confrontación entre el presidencialismo y la institucionalidad.

Trump ha sido inhabilitado por lo menos por dos estados que entienden que éste no puede aparecer allí como aspirante presidencial por su responsabilidad en los hechos vandálicos ocurridos en la Casa Blanca y en el Capitolio.

Aunque hay tribunales que han querido aplicarle la ley a este hombre, pero ha sido evidente de que el pulso, muchas veces, parece estar en favor de Trump.

Es definitivamente una lucha cuerpo a cuerpo entre el presidencialismo y la institucionalidad, expresada en este caso a través de la justicia.

La verdad es que si Trump logra salir electo presidente en las elecciones de noviembre de este año 2024 será un gran revés en contra de la democracia de los Estados Unidos, ya que él tendría las herramientas para hacer desaparecer todos los crímenes que se le imputan.

Entonces habría que preguntarse  ¿Cómo quedaría la democracia frente a una derrota de la institucionalidad por parte del presidencialismo?

Luce que este es el principal problema de la más importante potencia del mundo que se la pasa calificando a los otros países del planeta por el vínculo de algunos de sus mandatarios con el crimen, lo cual no parece aplicable en los Estados Unidos y cuya deficiencia amenaza su democracia.