De portada
Propuesta de modificación constitucional se encuentra con la demagogia y doble moral de los partidos políticos.
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Por Elba García
Pero lo peor de todo es que este expresidente sostiene que la Constitución no merece ninguna reforma en lo que respecta a que se produzca un cambio institucional para hacer definitiva la independencia del Ministerio Público, lo cual resulta contraproducente.
Aunque todavía no se han visto los frutos en términos de condenas en contra de los depredadores del patrimonio público, pero lo cierto es que la llegada de la magistrada Miriam German Brito a la Procuraduría General de la República por lo menos ha creado temor entre los que van al Estado a apropiarse de lo que no es suyo.
Naturalmente, este periódico siempre ha dejado sentado que ese no es un logro del PRM, cuyos dirigentes no tienen ningún compromiso con el adecentamiento de la vida pública nacional, sino de empeorarla, porque son la mayor expresión de la improvisación y del no cumplimiento con la palabra empeñada y desde esa perspectiva se hace prácticamente imposible mejorar el país.
Lo propio debe ocurrir con la unificación de las elecciones presidenciales, congresuales y municipales, a fin de disminuir el dispendio de recursos económicos en tantas campañas proselitistas.
La República Dominicana también está urgida de cambios importantes en el sistema de justicia nacional en lo referente a la prescripción de una serie de leyes que constituyen una especie de legitimación de las ilegalidades y los robos que ya se han hecho una cultura en el país.
Ese es solo un ejemplo, pero qué se puede decir del hecho de que el ciudadano no puede someter un recurso de amparo en contra de los jueces de los diferentes tribunales del país cuando en los mismos es donde se producen los más graves atropellos en contra del estado de derecho.
En los actuales momentos es prácticamente imposible una recusación en contra de un juez porque sus colegas casi siempre o siempre lo liberan de la acusación de parcialidad en su contra, por lo que debía pensarse en que las mismas sean conocidas por tribunales de otra jurisdicción o de algunas especializadas que se creen en el país.
Son muchas las modificaciones que hay que introducir en la Constitución de la República, pero los partidos políticos sólo se identifican con las mismas cuando se trata de reinstaurar la reelección presidencial o para aumentar los niveles de impunidad que prevalecen en la sociedad dominicana.