Biden, que había hecho de esta reforma una de sus prioridades, responsabilizó a los republicanos del fracaso
AFP
Washington.-Las negociaciones en el Senado para reformar la Policía de Estados Unidos fracasaron el miércoles, lo que representa un duro revés para el presidente Joe Biden.
El homicidio de George Floyd, asfixiado por un policía blanco el 25 de mayo de 2020 en Mineápolis, provocó una inmensa movilización en todo Estados Unidos contra el racismo y las violencias policiales.
Pero tras meses de discusiones “no hemos logrado ponernos de acuerdo sobre una estrategia” a seguir para reformar el cuerpo policial, declaró a la prensa el senador demócrata Cory Booker, al anunciar el fin de las negociaciones con sus colegas republicanos.
Biden, elegido con el respaldo de votantes negros y que había hecho de esta reforma una de sus prioridades, responsabilizó a los republicanos del fracaso.
“De manera lamentable, los senadores republicanos rechazaron modestas reformas, que incluso el expresidente (Donald Trump) respaldaba, negándose a actuar en puntos claves que la propia fuerza pública estaba dispuesta a discutir”, criticó el mandatario en un comunicado.
Los republicanos le devolvieron la acusación. “Tras meses de progreso, estoy muy decepcionado de que los demócratas hayan desaprovechado esta oportunidad para volver nuestros barrios más seguros y mejorar la relación entre fuerza pública y comunidades de color”, declaró el senador Tim Scott.
La amargura reinaba entre los partidarios de la reforma.
“Expresamos nuestra profunda decepción frente a la incapacidad de los líderes del Senado para encontrar una solución razonable para una reforma federal de la policía”, comentó el abogado Ben Crump, que representa a la familia Floyd y numerosas víctimas de violencia policial.
“Tras un año sin precedentes (…), los sindicatos de policía y políticos partidarios decidieron situarse del mal lado de la historia”, juzgó Derrick Johnson, presidente de la organización de defensa de derechos civiles NAACP.
En respuesta, la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, adoptó en marzo un proyecto de reforma de la policía con el nombre del cuadragenario negro, que apuntaba a – entre otras cosas – la amplia inmunidad judicial de la que se benefician los oficiales.
El texto preveía también prohibir las llaves de estrangulación, limitar las transferencias de equipo militar a la policía, crear un registro nacional de agentes despedidos por abusos, etc.
Pero los demócratas debían convencer a una decena de representantes republicanos para salvar el obstáculo del Senado.
Preocupados por no aparecer como los sepultureros de una reforma muy esperada por la minoría afroestadounidense, los republicanos confiaron a su único representante negro en el Senado, Tim Scott, la tarea de negociar un texto consensual.
En varias ocasiones el presidente Biden llamó a los representantes a mostrar “valentía” para lograrlo.
Pese al fracaso, el mandatario espera “un día firmar una reforma ambiciosa y global de la policía que honre el nombre y la memoria de George Floyd”. Mientras tanto, “la Casa Blanca puede persistir en sus consultas” y reflexionar sobre una eventual acción por decreto del gobierno.