PUERTO PLATA. En la plataforma de peticiones Change.org hay una que clama para evitar privatizar la playa El Encuentro, ubicada en Cabarete, Puerto Plata. Dicha solicitud, que cuenta con 333 firmas a la fecha, la inició Phillip Lehman preocupado porque “unos desarrolladores planean restringir o prohibir el acceso completamente público y privatizar toda la playa a lo largo de Camino Viejo”.
La playa se distingue en la zona por un oleaje que la coloca entre las mejores del mundo para el surf durante todo el año.
En Cofresí, también en Puerto Plata, los residentes viven con temor a que la empresa hotelera Grupo Lifestyle expanda su propiedad y cierre el acceso público a la playa.
Ya en el pasado, la comunidad se opuso al levantamiento de una pared y luego a un muro de rocas que pretendía levantar la empresa, pero persiste el temor “a que las obras se realicen en cualquier momento”, expresa Christopher Coates, presidente de la Junta de Vecinos de Cofresí.
En Cabarete, donde la cadena Lifestyle levanta una edificación frente a la playa, temen que se obstruya el paso por el Camino Viejo. “Es el único con la suficiente amplitud para que pueda salir un vehículo grande desde la playa. Imagínese si hay que sacar a alguien en ambulancia”, explica Peter Orr, dueño de un hotel próximo al lugar.
Los temores se dan en una provincia que ha visto afectar gran parte de sus playas por la actividad turística. Se trata del segundo polo turístico del país, categoría que adquirió en 1972 mediante el Decreto 2125. La provincia cuenta con 44.2 kilómetros de costa y 26.0 kilómetros de playas, así como con 11.7 de los 225 kilómetros cuadrados de mangle que se estimaban en el país para 2007. Ese año, un informe del Banco Mundial planteaba que el desarrollo acelerado de la industria turística, sobre todo en los años 80 y 90, “ha causado impactos ambientales sobre los ecosistemas circundantes a los polos turísticos, que los han afectado en su calidad, y por ende, en sus precios”.
El informe, que era parte de una propuesta de financiamiento al Gobierno dominicano para el “Proyecto de Agua Potable y Saneamiento en Centros Turísticos” implementado en Puerto Plata, cita casos específicos, como el de playa Sosúa, cuyo borde de bosque húmedo subtropical “se ha visto altamente intervenido por la gran cantidad de actividad humana, negocios y servicios que se ofrecen a los visitantes de este importante destino turístico de la región”.
También habla del mal estado de los arrecifes de coral (muertos y cimentados) en Playa Dorada y de cómo la pradera de hierbas marinas había sido retirada para la construcción de complejos hoteleros.
En 2008, un diagnóstico sobre los arrecifes coralinos entre Punta Cafemba y Cofresí, concluyó que la cobertura de algas y sedimentos alcanzaba el 95% en esa franja que tenía poco desarrollo de arrecifes coralinos y muy baja riqueza de fauna.
“La carencia de desarrollo arrecifal en la región tiene su base en causas naturales y antrópicas. Por una parte la región ha recibido históricamente el aporte terrígeno de varios arroyos. Al Oeste de Punta La Martineta desembocaba el Arroyo Los Camarones, posiblemente desviado por las obras del Ocean World; en la propia Playa de Cofresí –donde históricamente había un manglar- desemboca el Arroyo Maggiolo, actualmente incorporado al diseño del Hotel Sun Village; y en Playa Grande desemboca el Arroyo Don Vicente. Al aporte terrígeno de dichos cursos de agua debe haberse sumado el procedente de la transformación de la zona costera”, dice el informe preliminar del diagnóstico.
El turismo es la principal actividad económica de Puerto Plata, provincia que tiene una población de 312,706 habitantes (al Censo del 2010) y recibe 1.1 millón de visitantes al año. En 2017 recibió 480,000 visitantes vía aérea y 650,000 en cruceros, según Julio Almonte, director provincial de Turismo.
Acciones que amenazan el libre acceso a las playas y las respuestas de las comunidades