Opinión
¡Qué bueno es hipotecar lo ajeno!
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Por José Cabral
El Gobierno del PRM y de Abinader siente un gran placer con privatizar las propiedades públicas, por qué y cómo se explica que el jefe de Estado extienda el referido contrato cuando todavía ni ha terminado el que está vigente, el cual que se vence en el 2030.
Hay quienes atribuyen esa desesperada decisión a que Abinader necesita dinero para la campaña y podría ser que sea así, pero él mismo se ha encargado de decir que los setecientos setenta y cinco millones de dólares que recibirá su Gobierno en seis meses serian invertidos en obras, principalmente, de comunicación vial.
Es muy fácil jugar de ese modo con las propiedades públicas, ya que ese dinero que recibirá el Estado se esfuma en cuestión de días, mientras cualquier acto de corrupción implica la sustracción de miles de millones de pesos.
El presidente de la República tiene una gran vocación y devoción por endeudar hasta a los niños por nacer en décadas, entonces luego se recurre a la clásica expresión de la continuación del Estado.
La cuestión es que por qué hay que endeudar el país de ese modo y dotar de un contrato que lo menos que se pudiera invocar es la ilegalidad o la inmoralidad del mismo, porque endeuda a los dominicanos mucho más allá de los años en que él será gobierno.
La verdad que suena molestoso y es realmente incomodo firmar un contrato que compromete los aeropuertos del país más allá de lo que le queda de vida a la gente de esta generación.
No hay forma de dar una explicación lógica al respecto y también se impone preguntarse y por qué tanta prisa para comprometer lo que no es tuyo.
Los que hoy nacen en los hospitales serán adultos cuando termine el contrato de hipoteca de los seis aeropuertos más importantes del país.
Sería bueno saber por qué a Luis Abinader le apasionan tanto los préstamos y las hipotecas de los bienes del patrimonio público nacional.
¡Qué bueno es disponer irracionalmente de lo ajeno y no tener consecuencia de semejante insensatez!