En los últimos años, el vino tinto ha tenido muy buena prensa. Cuando pensamos en una forma saludable de alcohol, una copita de este líquido rojo parece ser la mejor opción. ¿A qué se debe esto? ¿Se merece tanta atención?
Científicos coinciden en que hay algo en el vino tinto que, cuando se toma con moderación, puede ayudar a proteger el corazón, reducir el colesterol “malo” y prevenir la formación de coágulos de sangre.
Pero no hay mucho consenso sobre la causa de esos efectos tan beneficiosos.
Recientemente, un químico uruguayo se lanzó a la tarea de descubrir los secretos de su vino tinto casero y sano. Para ello llegó al extremo de secuenciar el genoma de la uva de Tannat del que está hecho.
Eso dio pie a que se descubrieran altos niveles de procyanidins -un tipo de flavanol (antioxidante natural) que se encuentra en plantas, frutas y granos de cacao- en esos vinos.
En otra investigación, Roger Corder, profesor de terapéutica experimental de la universidad Queen Mary de Londres y autor de La dieta del vino tinto (The Red Wine Diet) confirmó que los vinos Tannat tienen tres o cuatro veces más procyanidins que el Cabernet Sauvignon.
De acuerdo con Corder, estos flavanoles, junto con una alta concentración de taninos -biomoléculas que combaten el envejecimiento de las células-, pueden estar detrás de las propiedades benéficas de la bebida.
Otros investigadores tienen los ojos puestos en un compuesto que se encuentra en la piel de las uvas rojas llamado resveratrol.
Durante muchos años, ha sido aclamado como un tipo de medicamento maravilloso, un compuesto antiedad que podría alargar la vida, combatir la obesidad e incluso curar el cáncer.
Pero hasta ahora, los estudios sobre resveratrol no han salido del laboratorio. Con lo cual todavía no hay evidencia de que pueda ser efectivo en humanos.
La conexión con el cáncer
La doctora Emma Smith, del departamento de comunicaciones científicas de la ONG Cancer Research UK, señala que es un error tomar vino rojo y creer que está haciendo algo bueno.
“El vino tinto sólo contiene cantidades muy pequeñas de resveratrol y la gente no debería tomarlo para obtener algún beneficio para la salud.
Es importante recordar que, incluso en cantidades moderadas, el alcohol aumenta el riesgo de varios tipos de cáncer y se estima que es la causa de unos 12.500 casos de cáncer al año en el Reino Unido”.
No obstante, investigadores de la Universidad de Leicester están estudiando si el resveratrol, por si sólo o en el vino tinto, podría algún día ser desarrollado como un fármaco de prevención del cáncer.
En experimentos con ratones, los especialistas han descubierto que una dosis diaria de resveratrol equivalente a dos copas de vino puede disminuir a la mitad los tumores intestinales.
Ahora quieren llevar su estudio más allá, en pruebas clínicas, y determinar cómo el compuesto puede actuar en humanos.
La profesora Karen Brown, del departamento de estudios sobre cáncer y medicina molecular de Leicester, aclara que su investigación no debe ser malinterpretada.
“No estamos diciendo que el vino tinto puede prevenir el cáncer, estamos estudiando el compuesto puro. El alcohol no es bueno para el cáncer, lo que sucede es que el vino rojo contiene resveratrol”.
Pero incluso en el vino tinto, el profesor Roger Corder indica que hay poca evidencia que indique que el resveratrol es un ingrediente importante. “Es un mito que el resveratrol tenga algo que ver con las propiedades saludables del vino rojo”, sostiene.
“La mayoría de estos vinos tienen cantidades insignificantes de resveratrol y aquellos que tienen algo más, siguen teniendo muy poco como para que haga cualquier efecto”.
Son las pepitas
El experto apunta que son las semillas, y no la piel de la uva, donde está la clave.
Cuando las uvas son fermentadas durante semanas los flavanoles se liberan de las semillas, lo que evoluciona en moléculas más complejas.
Pero Corder aclara que la mala noticia es que esto no siempre ocurre en todos los vinos. “Los tipos de vinos más modernos no tienen ese tipo de fabricación”, explica.
Es por esto que el especialista aconseja que las personas se concentren en tomar vino de una forma saludable.
“Es muy difícil decir que el vino es una bebida saludable cuando las personas consumen demasiado alcohol en el momento equivocado del día y sin comida”, señala.
Según el profesor, la mejor forma de tomar vino es con la comida y moderadamente.
Si se toma de esta forma, son mayores las posibilidades de que el vino tenga un efecto beneficioso en la salud.