El descaro del Gobierno del presidente Danilo Medina llega a unos niveles que avergüenzan al más sinvergüenza de los dominicanos.
La supuesta persecución del más grande narcotraficante del país, César el «Abusador», revela hasta dónde el Gobierno está comprometido con personajes del bajo mundo.
Esto así, porque aparte de las sospechas de que le avisaron al narcotraficante para que huyera o lo secuestraron para que no hable, el Ministerio Público ha confirmado que la compañera sentimental o esposa del capo no está en la lista de los involucrados en la red.
Milagros, hermana de Berlanisa Franco, ésta última funcionaria del Gobierno, no tiene ningún problema con la justicia a pesar de que convive y conoce todos los pasos de César el Abusador.
Qué pasa ahí compadre, por qué proyectar tan mal al país, como si fuera un nido del bajo mundo, de lo peor del narcotráfico y de la delincuencia internacional.
La Procuraduría General de la República es una verdadera vergüenza, pero peor aún el silencio que mantiene sobre el caso el presidente Danilo Medina, precisamente por los vínculos que mantiene con la familia del fenecido Juan de los Santos, mejor conocido como Juancito Sport.
Este caso ha dejado claro que el país se arrastra por el peor de los lodos con un Gobierno en el que pesa más el dinero recibido del bajo mundo que la tranquilidad y la vergüenza de los dominicanos.
Desde antes de las distinciones del presidente con Juan de los Santos, las sospechas han sido incontables de los vínculos del Gobierno con el bajo mundo, pero ahora más que nunca.
El propio presidente ha colocado una familia con estrechos vínculos con el narcotráfico como si se tratara de personas con todos los méritos para recibir las más grandes distinciones nacionales.
Desde el padre de estas dos mujeres, hasta los esposos de ellas que son verdaderos ejemplos de personas con una manifiesta vocación para el crimen organizado.
El presidente está en la obligación de explicar esos vínculos y sobre todo de por qué no hay ningún tipo de acusación, aunque sea simulada, en contra de una mujer que se supone conoce con detalles, hasta la complicidad, las andanzas de César el «Abusador».
Señor presidente a cuáles extremos pretende usted llevar al país, tal vez a ser una vergüenza de un mundo que hoy presta su colaboración para combatir un crimen de lesa humanidad como es el narcotráfico.
Señor presidente el país necesita una explicación convincente de ese maridaje con personas destacadas del bajo mundo.
Pero ya, señor presidente.