Opinión
Qué rasgo de personalidad te caracteriza?
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Por: Edgard Paniagua Miguel.
Después de conocerlo, el modelo ha sido El, sin dudas; pero Dios en Su gracia común nos ha dado cristianos y no cristianos que usa para modelar buenas virtudes y son dignas de imitar, pues se corresponden con las virtudes del Señor.
Observaba y lo sigo haciendo, con referencia a algunas personas y digo: “Así quiero ser” y con referencia a otros: “No quiero ser así”.
Esas personas duras de boca, de tono bajo o alto pero ofensivo al hablar, los de quejas constantes, los de lamentos eternos, los que viven llorando miserias aun con buena posición económica, personas conflictivas y difíciles de tratar, los intransigentes, los dominantes, los eternos tristes de rostros entruñados y pesimistas de vocación.
Personas con malas costumbres y hábitos incómodos, los perfeccionistas, los siempre amonestadores, los que siempre tienen la razón, los oportunistas y vivos, los que gustan ser servidos y no servir, los avaros, los codiciosos insaciables, los egoístas, los aduladores, los chismosos, los simuladores e hipócritas, los manipuladores que siempre tienen una agenda oculta para lograr objetivos que de forma correcta no pueden, los faltos de sentido común, y un gran etc.
Esas personas las he observado desde muy temprana edad y me decía y sigo diciendo: “No quiero ser así”.
He vivido experiencias duras de malos tratos, opresiones, acosos y más, que me sirvieron para rechazar ese tipo de comportamiento y trato, para no asumirlo, para resistirlo y mucho menos repetirlo.
Desde temprana edad me propuse intencionalmente, y así he seguido y logrado en parte, no tener ese tipo de comportamiento indeseado.
Aunque puedo vivir con todos ellos y los respeto y hasta lo puedo llegar a querer, según su género y especie conductual y a la distancia prudente…porque a veces hay que tenerlos de “le ji to”.
Y así como he observado lo uno, así observaba lo otro; cuando veía en las personas un comportamiento diferente a los antes descritos, se me iban (todavía se me van) los ojos y decía: “Yo quiero ser así”.
Y con eso fuí formando en mi imaginario como he querido ser, cómo formar la familia, cómo criar los hijos, mi relación con los demás etc.
Cuando llego al evangelio y acepto a Jesús como mi Salvador y Dios, lo que observaba y tenía como opción (ser o no ser) se volvió obligación de cumplimiento y me confirmó que mis preferencias y gustos estaban correctos.
La Palabra de Dios nos dice clara y llanamente cómo debemos ser y cómo no debemos ser. Cómo comportarse y cómo no. A quien debemos imitar y porqué; nos da más, agrega la finalidad de tales virtudes, santidad moral y espiritual.
No he logrado ser todo lo que he querido ser, todo lo amable y cariñoso posible, todo lo accesible y abierto posible, todo lo alegre y gozoso posible, todo lo manso y humilde posible, todo lo servidor y dador posible, todo lo motivador y alentador posible, todo lo desinteresado y desprendido posible, todo lo pacificador y conciliador posible.
Todo lo perdonador y olvidadizo posible, pensar todo lo bueno posible. Estar siempre gozoso, dar gracias por todo, vivir con esperanzas y fe en Jesús lo más que pueda….y eso transmitirlo con pasión, sobriedad, más con sonrisa, dulzura y alegría a todos.
Ser lo más respetuoso y considerado posible, ser lo más Justo y equitativo posible.
Vivir lo más feliz posible, a pesar de las “restricciones que aplican” en la vida, y eso contagiarlo. En fin, seguir un largo etc. de buenas virtudes posibles.
No he logrado muchas cosas, pero he logrado lo más importante y es (…