Fernando Ravelo se dirige a los jugadores.
BOCA CHICA. La adversidad de no obtener una corona en las últimas tres temporadas y el dolor que mostraron los jugadores jóvenes, tras la última derrota el año pasado, son las principales motivaciones que tienen los Tigres del Licey para afrontar la temporada de béisbol invernal 2012-13, pautada para arrancar el domingo 14 de octubre.
Es el enfoque que presenta el gerente general del glorioso conjunto azul, Fernando José Ravelo Jana, al abrir este jueves 27 de septiembre los entrenamientos en la Academia de los Mets de Nueva York, en Boca Chica.
Al mismo tiempo, Ravelo apunta lo importante que será para el éxito buscado, la forma en que les puedan llegar a los jugadores el nuevo dirigente Dean Treanor, el asistente Mike Guerrero, así como la presencia del otrora estelar torpedero Tony Fernández.
«Eso va a ser algo vital para nosotros; nos va a ayudar a entendernos mejor y a que las cosas tengan una sola meta», expresó Ravelo.
«El problema del Licey ha sido el club house en los últimos años. Se ha hablado mucho de que el mánager y de otras cosas, pero ha sido el club house», sentenció Ravelo, quien agregó que ahí dentro es para los peloteros, donde pasan más tiempo que en sus propias casas y que no se va a permitir que nada afecte ahí abajo.
Expresó que no ha sido cuestión de indisciplina, sino falta de hermandad entre muchos de los jugadores, lo cual casi siempre sucede cuando hay renovación en el personal de un conjunto.
Recordó que en el Licey hubo un grupo de jugadores que eran muy unidos, como Manny Martínez, Ronnie Belliard, Luis Castillo, D’Angelo Jiménez y muchos otros, que eran como hermanos, comían y vivían juntos y esa era una ventaja respecto a los demás equipos de la Liga y eso es lo que se busca con el actual grupo con que cuentan los Tigres.
Algo positivo que el gerente general vio tras la última derrota del año pasado en un juego decisivo contra las Águilas en el round robin, fue que los jugadores la sufrieron y se dieron cuenta de lo importante que es querer una victoria.
«Ese día, lo que percibí en el club house fue una vergüenza personal (en ellos) que los ha motivado, y lo que he visto en la temporada muerta, hablando con ellos, es eso: que la motivación que tienen ahora es mayor que la del año pasado», dijo.
Diario Libre