En las adyacencias de la plaza Tahrir en El Cairo, continúan los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes a pocas horas de que la Asamblea Constituyente vote el borrador de la nueva Constitución.
Poco antes de que en Egipto, la Asamblea Constituyente vote la versión final del borrador de la nueva Constitución del país, se han recrudecido las manifestaciones, en la emblemática plaza Tahrir de El Cairo, para exigir al presidente del país, Mohamed Morsi, que revoque los poderes casi absolutos que se otorgó a sí mismo la semana pasada.
Según información divulgada por medios internacionales, la policía incrementó la seguridad en las calles y se intensificó el lanzamiento de gas lacrímogeno para contener las protestas que han dejado dos muertos y más de 400 heridos.
Pablo Osoria, enviado especial de teleSUR, informó que el conflicto ha subido de tono “y se están dando todas las condiciones para que la crisis empeore, tras el reciente anuncio de los Hermanos Musulmanes de convocar una manifestación de apoyo a Mohamed Mursi”.
Osoria asegura que el anuncio traerá severas consecuencias de parte de los partidos opositores, que se han mantenido movilizados durante una semana contra Mursi.
Consultado sobre la situación que atraviesa Egipto, en entrevista publicada por el portal web de RT, el analista internacional Antonio Romea, señaló que el presidente Mohamed Morsi “pretende crear una nueva dictadura”.
“Las cuestiones sociales siguen sin resolver, siguen habiendo terribles bolsas de pobreza, desigualdad social, falta de empleo”, explicó Romea. “Las grandes riquezas del país se quedan en unos pequeños grupos de adinerados y ya estamos viendo que (…) en el aspecto político se pretende crear una nueva dictadura, un nuevo faraón”.
El Tribunal Supremo Constitucional acusó al mandatario de impulsar una campaña contra las autoridades judiciales, incrementando las tensiones en la calle. Tres Tribunales supremos de Egipto han suspendido su trabajo para protestar contra los decretos presidenciales, que reservan amplios poderes para el jefe de Estado. Las cortes indican que permanecerán en huelga hasta que los edictos sean anulados.
En opinión del analista Romea, efectivamente “Morsi quería una ley en la cual sus decretos y su poder estuviesen por encima del poder judicial y que nadie lo pudiese juzgar”.
Mientras, el equipo de RT describió que en la plaza Tahrir “se vive una verdadera batalla campal (…) entre los manifestantes y los agentes policiales”.
Este jueves, 29 de noviembre, se espera que la Asamblea Constituyente vote la versión final del borrador de la nueva Constitución del país.
El decreto anunciado el 22 de noviembre permite al presidente de Egipto tomar cualquier decisión que juzgue necesaria para «proteger la revolución» e impide que la justicia examine las demandas contra el proceso de redacción de la Constitución, que sus adversarios consideran dominado por los islamistas.
En su decreto, el jefe del Estado también pidió «nuevas investigaciones y sentencias» en los casos de asesinatos de manifestantes durante la revuelta de 2011, lo que constituye una amenaza para ciertos altos jerarcas militares y policiales, y quizás de un nuevo proceso contra Mubarak.
Este último punto responde a los insistentes pedidos de la oposición y de una gran parte de la opinión pública, que consideran que los juicios realizados hasta ahora fueron «demasiado tolerantes» con los inculpados.