Restaurant Rancho La Cumbre, un lugar para que el visitante se convenza de que en la tierra existe el verdadero paraíso

Por Elba García

Cuando decide subir hasta lo más alto de la montaña e insertarte en el verde paisaje la vida se refortalece con la savia de los árboles y energía de las aves y animales que conforman la naturaleza.

Esta inyección de una vida sana se puede sentir cuando se toma la carretera que conduce desde el municipio de Moca hasta  ascender hacia los altos de la montaña y llegar a Jamao, cuyos árboles de samán con sus anchas copas y muchos años de vida saludable le dan la bienvenida.

Es un recorrido de unos 20 kilómetros que cada uno de estos son como un gramo de nueva energía con una fresca temperatura que ronda los 28 grados en verano y en el invierno se ubica en los 19 en horas de la mañana.

Exactamente a la derecha luego  de haber hecho el recorrido se encuentra  con el Restaurant Rancho La Cumbre, donde se siente que la vida se ha transformado y se ha convertido en un volcán en plena erección.

Desde este mágico lugar se puede tener una vista encantadora del Valle del Cibao y las ciudades de Moca, Salcedo y Santiago, donde los recuerdos asaltan su mente y permite transportarse al mundo ideal que todos sonamos.

Entonces comienza el disfrute a plenitud con un menú que deja pasmados a los que tienen el privilegio de visitarlo, con platos criollos e  internacionales y un café de primera calidad que puede ser ordenado sin o con leche a cualquier hora del día.

Pero ni hablar de las exquisitas atenciones de un personal entrenado para recibir a clientes de cualquier estrato de la sociedad, siempre haciéndoles sentir como verdaderos reyes de otros planetas.

Es una estadía verdaderamente placentera y la zona está adornada por otros restaurantes concebidos y preparados para proporcionar felicidad y confort a los visitantes, cuyas visitas se convierten en encuentros de la más alta calidad.

Restaurant Rancho La Cumbre, un lugar para que el visitante se convenza de que en la tierra existe el verdadero paraíso, donde los visitantes quieren quedarse para siempre.