Los diputados rusos aprobaron este jueves por unanimidad enmiendas que amplían considerablemente el alcance de una ley que prohíbe la «propaganda» LGTB+», en medio de un giro conservador del gobierno ruso, que acompaña la ofensiva militar en Ucrania.
La legislación tiene como objetivo prohibir cualquier mención de lo que las autoridades consideran “propaganda gay” en los medios de comunicación, el cine, los libros y la publicidad.
También prohíbe “la propaganda de la pedofilia y el cambio de sexo”.
Si se aprueban las enmiendas en la cámara alta del parlamento y luego se promulgan como ley por parte del presidente Vladimir Putin, supondrá, según los grupos de derechos, la prohibición efectiva de cualquier promoción pública de personas LGTB+ en Rusia.
Moscú ya tiene una ley contra la “propaganda” a menores sobre las relaciones LGTB+. La nueva legislación ampliaría esa regla a los adultos.
“Cualquier propaganda de relaciones no tradicionales tendrá consecuencias”, dijo en las redes sociales el presidente de la Duma, Viacheslav Volodin. Según él, el proyecto de ley “protegerá a nuestros niños y el futuro de nuestro país de la oscuridad que propagan Estados Unidos y Europa”.
Rusia intenta presentar las relaciones LGTB+ como un producto de la influencia occidental y está endureciendo su retórica a medida que se intensifica su enfrentamiento con Occidente por el conflicto en Ucrania.
“DEMONIZACION”
Dilya Gafurova, responsable de Sfera, un grupo de defensa de los derechos LGTB+, dijo que es especialmente “inquietante que el estado diga que las personas LGTB+ son una invención occidental” y advirtió de los posibles efectos de “demonización de todo un grupo”.
El proyecto de ley introduce multas de hasta 10 millones de rublos (165.000 dólares) para los infractores y las autoridades podrían bloquear sitios web que contengan información prohibida.
Según el sitio web de la Duma, la nueva legislación también prohibiría “la venta de bienes, incluidos los extranjeros, que contengan información prohibida”.
Vladimir Putin lleva años presentándose a sí mismo como la antítesis de los valores liberales occidentales, una retórica que se reforzó desde que envió tropas a Ucrania el 24 de febrero, aislando a Moscú y dando lugar a una represión sin precedentes en el país.