La tercera versión de Santiago Corre rompió todas las expectativas con 4,200 personas corriendo y caminado para apoyar a los atletas de alto rendimiento y la instalación de salas de tarea de Acción Callejera para niños en la calle en condición de riesgo.Esta vez participaron en la carrera de diez kilómetros mil 200 atletas de distintas provincias del país y otros tres mil en la caminata de cinco kilómetros. Desde funcionarios como el comandante en jefe del Ejército, mayor general Rubén Darío Paulino Sem, Ramón Ventura Camejo, el procurador Francisco Domínguez Brito, empresarios, así como personalidades se dieron cita al teatro Cibao, punto de partida de la carrera.
Debido a que las inscripciones se agotaron temprano, el comité organizador dispuso que para el 2015 sean dos mil los corredores. En el caso de los caminantes, salieron del teatro, subieron por el elevado de la autopista Duarte hasta el sector El Embrujo. Allí retornaron hasta el punto de llegada.
Mientras para los corredores lo hicieron bajando por la avenida Las Carreras, doblaban en la Antonio Guzmán, subían por la 27 de Febrero, doblaban por la Estrella Sadhalá y bajaban por la República de Argentina, doblaban por la calle Piki Lora hasta llegar a la meta. En el caso de los hombres, el primer lugar recayó en el campeón nacional, José Rubiera, nativo de la comunidad Pedro García, el segundo para Wilson Pérez, el tercero Edwin Dubal, el cuarto Jorge Luis Beltré y el quinto para Emmanuel Herrera.
En tanto que entre las mujeres la ganadora del primer lugar recayó en Solanyi Rodríguez, residente en Mao, Jordania Díaz de Moca, segundo puesto, Pascuala Veras, tercer lugar y en cuarto y quinto, Jefrey Vargas y Ana Herrera, respectivamente. Martha Pelayo hizo sus diez kilómetros en silla de ruedas y Rafael Cabrera fue el de mayor edad en correr con 79 años.
Otras provincias se sumaron a la causa
Esta vez acudieron participantes de Higüey, Jarabacoa, San Francisco de Macorís, Santo Domingo, Puerto Plata y la Línea Noroeste. La oración de bendición de los atletas estuvo a cargo del sacerdote Roberto Guzmán, del centro Belarminio, quien resaltó que este tipo de actividad invoca ala paz que tanto se necesita. Habló de la importancia de imponerse metas.