En un abrir y cerrar de ojo, Tamayo y Vicente Noble se vistieron de luto y dolor.
En la mañana de ayer aun se sentía el vapor desprendido por la patana que, la noche del lunes, colisionó contra un minibús en la carretera Azua-Barahona, provocando la muerte de nueve personas.El incendio del vehículo de carga conducido por Moralo Aquino, quien huyó del lugar con ayuda de otro patanista, realizando dos disparos al aire, fue ocasionado por un grupo de personas quienes llegaron en dos minibuses, y en represalia buscaron un galón de gasolina e incendiaron la patana, la cual quedó convertida en chatarra.
El coronel Santa María, encargado de la investigación de la Autoridad Metropolitana de Transporte (Amet), explicó que el mencionado patanista se entregó en la Casa del Conductor, en Santo Domingo, por temor a represalias. El oficial de la Amet atribuye el hecho al manejo temerario de los conductores.
Entre las víctimas hay cinco mujeres y cuatro hombres con edades entre 18 y 57 años y, de acuerdo a las versiones de las personas presentes en el lugar del hecho, el conductor de la patana transitaba a alta velocidad, consumiendo alcohol y en competencia con el otro patanista que lo ayudó a escapar.
Comunidades en luto
El luto se apoderó de varias localidades de las provincias Barahona y Bahoruco, donde los familiares de las víctimas no asimilan lo ocurrido y piden que el hecho no se juzgue con “suavidad” porque entienden que el accidente se produjo por la imprudencia de Moralo Aquino.
El minibús placa 1045057, color crema, manejado por Francisco Batista (Mingo), trasladaba a 13 personas, desde Santo Domingo hacia Tamayo, entre ellos al cobrador, Francisco Reyes, quien salió disparado del vehículo, tras el impacto, ocasionándole una profunda herida en el rostro por lo que permanece ingresado en el Hospital Regional Taiwán.
Junto a Reyes también está interno el menor de cinco años Ángel Beltré Santana, quien según los médicos, se encuentra fuera de peligro.
La madre del infante fue trasladada al hospital traumatológico Ney Arias Lora, en la Ciudad de la Salud, en Santo Domingo.
Llanto y dolor
Un profundo llanto se escuchaba en la calle José Labourt de Vicente Noble. Era el de un niño de cinco años, quien pegado a su madre, lloraba la muerte de su padre Miguel Elías Encarnación, d 35 años, mientras miraba, en la misma sala, el ataúd con los restos mortales de su tía Clary Encarnación, que también murió en el accidente.
Sandra Encarnación, esposa de Miguel Elías, fallecido, explicó que su pareja residía en La Romana y “venía a traer a su hermana Clary cuando la muerte los sorprendió a los dos en el camino”.
Mientras que en la casa de Pascual Cuevas, otra víctima, se escuchaban de lejos tambores y se percibía un fuerte olor a alcohol, según narraron los moradores del lugar, quienes los despidieron con coloridas banderas, dando vueltas alrededor del cadáver.
Pascual era conocido por realizar “consultas espiritista” en Tamayo.
Como resultado del accidente, cuatro personas, entre ellos Mingo, chofer de la guagua ficha 06 perteneciente a la ruta de transporte Vicente Noble-Tamayo del Sindicato de Choferes, Camiones y Minibuses de Tamayo (Sinchocamita), están ingresadas en los hospitales Regional Taiwán, en Azua, Ney Arias Lora y Darío Contreras en Santo Domingo Este. Cinco de los cadáveres fueron velados en las localidades Monserrat, Altamira y San Ramón, pertenecientes al municipio de Tamayo. Mientras que las otras tres víctimas serán sepultadas en Vicente Noble, Barahona.
“Nunca he visto tantas personas y con tal lamentación en este lugar”, refirió Claudio Familia, médico forense del Instituto Nacional de Ciencias Forenses, en Azua, quien recibió los nueve cadáveres.
Informó también que tres de las víctimas murieron instantáneamente, mientras que los demás expiraron en el hospital Regional Taiwán.
Refirió que la causa de las muertes fue por traumas contusos severos múltiples. “Gracias a Dios que no había nadie en esta enramada porque si no lo muertos serían más”, manifestó un residente de Tábara Abajo, lugar donde ocurrió el hecho, donde hay varias viviendas en los alrededores.
Declaran duelo en Tamayo y Vicente Noble
El ayuntamiento declaró duelo en los municipios de Tamayo y Vicente Noble, lugares donde residían las víctimas. El accidente ocurrió en la proximidad del cruce Tábara Abajo, Barahona. Por motivo a la tragedia que consternó a la zona sur, las autoridades del distrito educativo 18-01 suspendieron la docencia. Hace menos de un año que Azua fue el escenario de una tragedia que dejó un saldo de siete muertos en un accidente entre un minibús y una patana. La mayoría de los fallecidos eran haitianos.
EL CARIBE