Hace algún tiempo que alguien de este periódico intentó abrir una cuenta bancaria en el banco de Reservas, pero el obstáculo que encontró en el camino fue la respuesta de la asistente de la gerente de la sucursal donde acudió el interesado.
El asunto consistió en que la joven asistente de la gerente sostenía que no se podía abrir una cuenta corriente en ese banco mediante un cheque del mismo interesado de otra institución de intermediación financiera del país.
La cuestión fue que luego de más de media hora de discusión con la joven, ella permitió con la advertencia de que su jefa le diría lo mismo que el cliente pasara conde la gerente y ésta reaccionó molesta porque ella decía que no sabía de dónde esa muchacha sacaba eso.
El tema se trae a colación ante lo que parece ser una epidemia en el país, tanto en las instituciones públicas como en las privadas, lo cual provoca grandes molestias a los que buscan estos servicios.
En realidad, se trata de un problema tan grave que muchas veces el usuario va donde una recepcionista o ejecutiva de cuentas y nunca sabe ni está informada de nada.
Pero donde la cosa se complica es cuando se acude a una institución pública como la Junta Central Electoral (JCE), donde lograr una información sencilla primero hay que rezarles a todos los santos.
En las pasadas elecciones nacionales del 2020 un candidato a diputado informó, presionó, hizo todo lo que tenía que hacer para que se corrigiera una anormalidad en la Circunscripción 2 de la provincia de Santiago en lo que respecta a la cuota de género y siempre había una solución al problema, pero nunca ocurrió nada.
Al final de cuentas, las elecciones en esa Circunscripción terminaron como un verdadero desastre y no fueron anuladas porque uno de los tantos que apoya lo mal hecho se opuso a que se llevara en revisión al Tribunal Constitucional una demanda de nulidad que se presentó en el Tribunal Superior Electoral (TSE), donde con toda seguridad se iban anular las mismas, lo cual hubiera sido un revés más para la vida democrática del país.
Ahora con lo que se ve en la Junta Central Electoral (JCE) no parece que los resultados vayan a ser los mejores, con el agravante de que nadie está focalizado en esa irregularidad, porque en el país ciertamente se pone candado después que le roban
Que nadie ponga en duda de que el país todavía es una vergüenza en la comunidad internacional, ya que por mucho que se pregone lo contrario, la nación tiene un Estado que es un verdadero desastre.