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Robo en medio de violencia que presenta perfil preocupante en que valores sucumben ante vocación delincuencial.
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Por Elba García
Se reproducen hechos que sirven de espejo para revelar la gravedad de la enfermedad que padece la sociedad dominicana, ya no sólo por lo horrendo del crimen cometido, sino por la vocación delincuencial de vecinos y muchas personas que aprovechan la peor de las circunstancias para robarse todo lo que puedan.
Lo ocurrido después de un múltiple crimen cometido por un hombre en el sector Brisas del Edén de Santo Domingo Este por razones pasionales, cuyo hecho derivó también en un robo perpetrado por vecinos y allegados en medio de una escena dantesca en la que yacían tres cadáveres y un mal herido ensangrentados todos miembros de una misma familia perpetrado por un verdugo que se negaba a acogerse al pedido de su mujer de que ya no quería nada con él.
Los ladrones, que no son profesionales de la ilegal actividad, cargaron hasta con el celular de la joven asesinada por su exmarido, cuyos cadáveres de los cuatro miembros de esa familia aún estaban en interior de la vivienda cuando entraron personas que los conocían para llevárselo todo.
En el múltiple asesinato perdieron la vida la joven Leyda Vicente, de 25 años de edad, así como su madre Olfelina Vicente, de 52, su cuñado y su padre, Ángel Vicente Sánchez, herido de gravedad y que falleció algunos días después en un centro médico donde había sido llevado.
Este hecho es una repetición de como mucha gente acude a carreteras donde se producen accidentes automovilísticos para llevarse hasta los zapatos a las víctimas, más que preocuparse porque las mismas sean trasladadas a un centro asistencial.
Este caso, que sólo fue reportado por el crimen cometido, pero que los medios de comunicación han hecho muy poca alusión al robo cometido, el cual retrata una realidad social que debe ser abordada con seriedad por el Estado dominicano.
El fenómeno toma cuerpo en el país y no parece afrontarse con seriedad para evitar que el mismo tome una dimensión mayor y que la insensibilidad de la gente llegue a niveles incontrolables porque tome el perfil de una cultura.
La secuela de dolor de este caso se extiende hasta lo ocurrido con el robo de cuya escena los ladrones no profesionales cargaron hasta con el celular de la joven madre asesinada, lo que ha hecho desaparecer un importante cuerpo del delito.
Este cuadro es un buen escenario para que los cuentistas sociales levanten algunas tesis sobre un fenómeno que la única explicación aparente puede ser los niveles de carencias de la gente, pero que este hecho podría explicar también que la impunidad no sólo se ha llevado de paro el derecho positivo u objetivo, sino también el natural, el cual no está sujeto a las leyes, pero sí a la normas y las costumbres y al que dirán que prevalece en todos los círculos sociales