De portada
Siempre se ha dicho que la percepción pesa mucho más que la realidad, pero en el caso del PRM parece ocurrir ambas cosas.
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La llegada del PRM y Luis Abinader llenó de ilusiones a los dominicanos luego de un gobierno desastroso como el que encabezó Danilo Medina, salpicado por una ola de corrupción tal vez como nunca antes, pero la carencia de planes y de metodología es una causa más que suficiente para que cualquier administración pública termine muy mal.
Esto parece ocurrir con el presente gobierno, el cual no tiene un norte claro y que mientras no para de cometer errores, sus funcionarios persisten en continuar por la misma ruta, que no es otra que la falta de coherencia y de respetarse a si mismos y a los demás.
Lo que se proyecta que pueda ocurrir con el PRM parece mucho más grande de lo que cualquiera pueda pensar, porque a sólo más de siete meses de haber llegado al poder la gente está prácticamente convencida de que esta organización no cuenta con dirigentes y en consecuencia funcionarios que puedan encausar el país por un camino diferente.
En este momento lo que dicen los altos dirigentes del PRM y los funcionarios de su gobierno es como lo que el viento se llevó, porque a la hora de cumplir con su palabra se esconden y no toman llamadas de nadie, por decirlo de alguna manera.
Lo grave del asunto es que cada día que pasa se afincan en su mal proceder y profundizan la falta de credibilidad de que ya gozan, no sólo dentro de sus propios compañeros de partido, sino también de los diferentes sectores que conforman la vida nacional.
Ese comportamiento conjuntamente con una ola alcista de los precios de todos los artículos de la canasta familiar constituye, sin ninguna duda, el entierro político del PRM, pese a que es una crisis que por una u otra razón afecta a todo el sistema de partidos de la República Dominicana.
El descredito con pocas posibilidades de recuperación del PRM parece abrir la puerta para que una candidatura de Leonel Fernández, sofista y maestro de vender lo que no puede dar y tener soluciones para todo cuando en realidad no resuelve nada, se convierta en una propuesta con grandes posibilidades de regresar al poder.
Sin embargo, este cuadro político a futuro sólo podrá ser posible si en la República Dominicana no se articula una propuesta electoral que saque del escenario a los cucarachones del partidarismo nacional para dar paso a una candidatura fresca y con ideas y una práctica innovadora.
Esta posibilidad todavía no se vislumbra en el panorama nacional y en consecuencia de no ocurrir es probable que el Estado siga en control de figuras que se han inclinado por la corrupción y el debilitamiento institucional de la nación.
Falta mucho para predecir lo que podría ocurrir en el país en el 2024, pero frente al fracaso que se consolida en el tiempo del PRM no está de más comenzar hacer hipótesis o cálculos políticos para por lo menos sugerir la articulación de una propuesta que pueda generar una mejor administración de las riquezas nacionales.
Por el momento no se observa una posible rectificación de los perremeistas, porque se comportan como si fueran portadores absolutos de la razón y además están formados para actuar incorrectamente y no en función del interés nacional.