Agencia Efe
El pasado mes de agosto una familia de Wiethagen, una pequeña ciudad cercana a Rostock en el noreste de Alemania, enterraba a uno de sus miembros rodeados de amigos y familiares. Como es tradición en este país, después del funeral los invitados se trasladaron a una cafetería, donde la familia había encargado un aperitivo para recordar al fallecido.
Los encargados del establecimiento sirvieron tarta y café a los presentes, tal y como se había acordado. Sin embargo, poco después algunas personas comenzaron a sentirse mal, con náuseas y mareos. Hasta 13 de los invitados tuvieron que ser atendidos por los servicios médicos por culpa de una intoxicación que la policía investigó.
Después de analizar lo que los invitados habían comido y de preguntar a los empleados de la cafetería, la policía descubrió que lo que se había servido a los invitados no era un pastel normal, sino una tarta de marihuana que había en el frigorífico del establecimiento y que la dueña del establecimiento confundió con la que se había encargado.
La hija adolescente
Las pesquisas revelaron que el dueño había encargado a su hija de 18 años que hiciera la tarta para la familia del funeral. Ella lo hizo y la guardó en el frigorífico para que se conservara, pero al lado había otra tarta similar que la misma hija había confeccionado para otra ocasión y que contenía marihuana.
La hija del dueño, de 18 años, había hecho dos tartas: la del funeral y otra con marihuana para otra ocasión
La madre, al ir a servir la tarta, confundió ambas y dio a la familia el pastel que contenía drogas y que provocó el malestar de varias personas. Todas ellas se recuperaron del incidente y la policía abrió una investigación sobre la adolescente de 18 años, que se enfrenta ahora a los cargos.
Según publica The Guardian, el incidente, que tuvo lugar el pasado mes de agosto, solo se ha hecho público ahora por respeto a la familia del fallecido.