Conecta con nosotros

Editorial

Soñar No Cuesta Nada

Published

on

Mientras en la República Dominicana se debate nuevamente sobre la crisis de liderazgo y la situación interna de los partidos tradicionales, tradicionales no por viejos, sino por su forma de ver el país,  nos asalta la idea de si en la tierra que nos da la vida de buena a primera hubiera un gran despertar y se echara del poder a todas esas lacras, que se observan en el Gobierno y también en la oposición.

Si el dominicano se levantara una mañana cualquiera con la mente lúcida y se propusiera depositar su voto en el año 2020 por un proyecto político pequeño, pero comprometido con la justicia social y el adecentamiento nacional, la cual sería la mayor garantía para que nuestros hijos y nietos tengan la posibilidad de disfrutar de una vida digna en su lar nativo, esa sería una gran cosa.

Sería como soñar o pedir demasiado, dado que el principal problema de la sociedad dominicana estriba precisamente en la pobreza, no sólo económica, sino también académica, cultural y podría agregarse hasta espiritual, ya que nuestra gente también luce cansada, como el que no quiere dar un paso más que implique esfuerzos y sacrificios.

Sin embargo, la Marcha Verde nos ha enviado el mensaje de que todavía queda país y que todo el tejido social por lo menos ha sido sacudido para eliminar algunas de las plagas que carcomen la salud social y moral de la República Dominicana.

Pero nuestro gran sueño todavía parece una quimera, porque la posibilidad de que nazca un liderazgo que desplace la partidocracia parasitaria se observa muy lejos en el horizonte político nacional.

Pero no se puede dejar que los sueños mueran, dado que esa circunstancia implica la muerte social y espiritual del país y sería una especie de condena a lo peor de nuestras presentes y futuras generaciones.

Construyamos espacios de disidencia, confrontación e intolerancia con lo mal hecho y al propio tiempo promovamos un liderazgo con otras referencias, más ético, más preocupado por los valores democráticos y cuyas metas sean la garantía de una sociedad más inclinada por la igualdad de oportunidades, el bien común y la convivencia nacional.

La época lo reclama, los sufrimientos de la gente y la propia descomposición social que hoy se hace imparable e insoportable, porque no se puede vivir en medio del peor de los engaños y la tramposería, convirtiéndonos en mal ejemplo para el concierto de naciones de todo el hemisferio.

Construyamos un espacio para un vigilado, fiscalizado y supervisado liderazgo nacional, cuya accionar esté determinado por los intereses de las grandes mayorías nacionales y no los de unos pocos que no tienen hiel para promover hambre y todo tipo de padecer en niños, jóvenes, ancianos, mujeres y hombres que no tienen quien los defienda, quien vele por ellos y quien promueva políticas públicas para cambiar el estado de cosas en las tierras de Juan Pablo Duarte, Gregorio Luperón, Francisco Alberto Caamaño Deñó y el profesor Juan Bosch.

Ojalá que el poder omnisapiente e omnipotente divino nos alumbre para que para el año 2020 lluevan ideas, voluntades y un espíritu profundamente democrático  con una  indudable sensibilidad social que arrase con la parte más mala de la sociedad que hoy amenaza nuestra integridad física y moral.

Que así sea!!.

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Editorial

Un problema que no se ve a simple vista.

Published

on

La educación superior dominicana, que como bien se establece en el reportaje que aparece en la sección “De Portada” de este diario, implica un problema que debe motivar profundas reflexiones para que el país se avoque a pasar de la deficiencia a la calidad de la enseñanza universitaria.

Pero este es un asunto que sólo puede solucionarlo el Estado, el cual no está en capacidad de dar los pasos para que al cabo de algunos años el cuadro pueda dar un giro positivo.

La tendencia entre los dominicanos es sólo ver lo que está frente a ellos, sobre todo en materia de educación universitaria, pero no hay forma de llevar su mirada crítica a lo que requiere de un esfuerzo más profundo y exhaustivo.

El gran problema de la educación superior del país es que no sólo la situación depende de la negligencia y la deficiencia del Estado, sino que además que no se cuenta con una cultura para crear un cuerpo profesoral preparado para impartir docencia a nivel universitario, aunque, naturalmente, una cosa depende de la otra.

De manera, que los resultados no pueden ser peores, cuyos egresados, penosamente, terminan su carrera con una formación tan precaria que en la práctica son analfabetos funcionales.

Lo peligroso del fenómeno es que la sociedad está frente a médicos que puedan matar al paciente, ingeniero civil que construya una obra que puede caerle en la cabeza en cualquier momento a sus propietarios y un abogado que no puede asesorar idóneamente a su clientes y en consecuencia poner en peligro, por su poca formación, la tutela judicial efectivo, el debido proceso y el derecho a la defensa.

De manera, que el asunto no es como se puede ver a simple vista, sino que se trata de una deficiencia que aparte de hablar muy mal de toda la sociedad, amenaza la seguridad nacional, todo como resultado de un problema integral que impacta a todo el Estado.

Lo grave del problema es que no se ven soluciones fáciles en el camino, porque además la explicación de una educación superior fundamentada más en el negocio vulgar que en un plan nacional para lograr los índices de desarrollo del mundo competitivo de hoy, es parte de una cultura nacional y de un neoliberalismo salvaje que se lleva de paso todo lo bueno.

La realidad es que no es posible poner en orden las universidades nacionales, ya que en el país todo está contaminado con la politiquería, de arriba hacia abajo y lo contrario, de abajo hacia arriba.

Se impone entonces la siguiente pregunta: ¿Quién nos sacará del tremendo tollo de la educación superior nacional, aunque la respuesta más realista es que no hay una respuesta convincente y que satisfaga.

Continue Reading

Editorial

El Oncológico es un espejo de un problema de un gran alcance.

Published

on

No son pocos los conflictos originados en sindicatos, clubes culturales y deportivos, cooperativas de ahorros y préstamos y los propios partidos políticos, que son asaltados por grupos de personas que los usan con fines muy particulares.

Puede decirse que se trata de un cáncer que resulta complicado erradicar, con el agravante que esa mala práctica es reproducida cuando personas con la misma filosofía de vida llegan a la administración pública, lo que explica la gran cantidad de casos de sustracciñn de fondos del patrimonio público.

Realmente el país está copado por los que piensan que deben llegar a este tipo de instituciones, las cuales no tienen fines de lucro, para manipular sus recursos y creerse incluso que es algo que legítimamente les pertenece.

Un ejemplo muy elocuente al respecto son los partidos políticos, los cuales son manejados como empresas privadas y propiedad de particulares, pese a que en  realidad se trata de una figura que está legalmente regulada y que no puede ser jamás un patrimonio personal.

Pero el mismo problema es encontrado por doquier, cuyos propiciadores de este tipo de conducta sumergen a la sociedad en un gran dolor de cabeza.

El asunto ahora se puede ver con lo que ocurre en el Patronato Cibao contra el Cáncer, cuya institución juega un papel de primer orden para combatir una enfermedad tan severa y mortal como esa.

El problema del Oncológico del Cibao ha entrado ya a los tribunales competentes y sólo se espera un desenlace que tal vez no sea la panacea al problema, porque se van unos con un criterio equivocado en el manejo de este tipo de organizaciones, pero llegan otros que no difieren, absolutamente en nada, en la forma de ver el asunto.

Independiente de cual sea la decisión del tribunal que conoce el caso, debe admitirse que la sociedad dominicana está frente a una cuestión que lesiona lo más profundo de la sensibilidad humana, sobre todo porque no hay ningún tipo de arrepentimiento.

Hoy ha salido a la superficie el conflicto en el Patronato Cibao contra el Cáncer, pero la raíz del conflicto, con una explicacion profundamente cultural,  es que una gran cantidad de instituciones sin fines de lucro hoy permanecen asaltados por grupos de «vividores» que  ponen en tela de juicio las  bases de la dominicanidad.

Continue Reading

Editorial

Nueva York da un ejemplo al mundo.

Published

on

Así como Nueva York es un ejemplo de progresos y de que todo con esfuerzo se puede, este 4 de noviembre ha enviado el mensaje de empoderamiento democrático con el triunfo de un joven musulmán con apenas siete años de haber obtenido la ciudadanía de los Estados Unidos, condición indispensable para ser candidato a la posición política más importante de la ciudad.

Lo más impresionante de este triunfo es el contexto en que se produce y sobre todo por tratarse de un joven nacido en Uganda de ascendencia india, con muy poco tiempo de haber adquirido la ciudadanía estadounidense, pero además amenazado por el presidente Donald Trump de deportarlo si ganaba la contienda electoral.

El triunfo de Zohan Mandami es el vencimiento de la legalidad en contra de la ilegalidad, de la tolerancia contra la intolerancia y de la vulnerabilidad de aquellos que prefieren inclinarse por la dictadura en vez de la democracia.

Es un mensaje muy grande el que ha dado la ciudad de Nueva York cuando en los Estados Unidos se producen unos retrocesos institucionales y democráticos que son motivos de preocupación para el mundo entero.

La situación es tan delicada que el presidente Trump aparentemente ha logrado doblegar a una de las democracias más sólidas del mundo, cuyos logros constitucionales son un ejemplo y emulados por países del planeta entero.

En realidad, se trata de una situación que nadie podía creer que fuera posible, ya que el alto nivel de institucionalidad de los Estados Unidos no permitía que cupiera en cualquier mente humana que los derechos constitucionales y los derechos humanos quedaran al capricho de un mandatario.

El triunfo de Mandami en Nueva York reafirma esa vocación de ciudad de inmigrantes y además de que ciertamente se trata no sólo de la capital del mundo en términos comerciales, económicos y financieros, sino también políticos.

Una nueva visión se impone en la ciudad de Nueva York en tiempos de retrocesos y de preocupantes violaciones a los derechos constitucionales en la mayor potencia del mundo, donde su presidente impone su voluntad como en los tiempos de las más férreas dictaduras.

La República Dominicana por tener millones de sus hijos en la ciudad de Nueva York es beneficiaria de los nuevos aires democráticos que abrazan a la llamada capital del mundo, cuna de una gran riqueza cultural que enorgullece a todo al que vive en ella y tiene el privilegio de visitarla.

La elección de Mandami  no pude ser mejor, porque en momentos de tantas fricciones y tensiones sociales y raciales y religiosas, sobre todo en  el medio oriente, llega la buena nueva de la tolerancia y de que todos bajo la ley y la democracia pueden convivir en paz.

Continue Reading

Edificio La República: Restauración No. 138, cuarta planta, Santiago, República Dominicana. Teléfono: 809-247-3606. Fax: 809-581-0030.
www.larepublicaonline.com  / Email: periodico@larepublicaonline.com
Copyright © 2021 Blue National Group