AGENCIAS EFE
REDACCIÓN.- El presidente de Brasil, Michel Temer, fue notificado oficialmente hoy de que está en tramite una acusación por corrupción en su contra, un proceso por el que el mandatario pasa por segunda vez en los últimos tres meses.
La notificación fue entregada por el diputado Fernando Giacobo, secretario de la Cámara Baja, quien dijo a periodistas que cumplió esa tarea “con tristeza, por el momento que atraviesa Brasil, con todo este mar de corrupción”.
Giacobo también cumplió la misma misión con los ministros de la Presidencia, Eliseu Padilha, y de la Secretaría General, Wellington Moreira Franco, incluidos en la misma acción en que la Fiscalía General acusa a Temer de presunta obstrucción a la justicia y asociación ilícita.
Temer ya pasó por esa situación el 29 de junio pasado, cuando el mismo Giacobo le notificó de que la Cámara de Diputados había dado inicio al trámite para decidir sobre el futuro de una acusación por corrupción pasiva presentada en su contra por la Fiscalía.
En ese primer caso, tras un engorroso proceso en la Cámara Baja, que según la Constitución brasileña debe avalar la instauración de un juicio penal contra un mandatario en pleno ejercicio del poder, los cargos fueron rechazados por una clara mayoría de 263 votos frente a 227.
Como ocurrió con esa primera denuncia, el trámite ahora comenzará en la Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara Baja, que analizará el caso durante quince sesiones y elaborará un informe que será enviado luego al pleno de ese organismo legislativo.
En esa última instancia, los diputados autorizarán al Supremo a analizar la posible apertura de un juicio penal contra Temer si se alcanza una mayoría calificada equivalente a dos tercios (342) de los miembros del órgano legislativo.
Sin embargo, en medios políticos se considera casi imposible que la minoritaria oposición alcance los votos necesarios, por lo que se presume que la nueva denuncia contra Temer correrá el mismo destino que la anterior y será archivada por la poderosa base oficialista.
Si así fuera, al igual que los primeros cargos por corrupción pasiva, el caso sólo podrá ser retomado por los tribunales después del 1 de enero de 2019, una vez que Temer le entregue el poder al ganador de las elecciones previstas para octubre de 2018.