Los cuerpos de seguridad que emprenden las labores de rescate no descartan que la cifra final de víctimas aumente, dada la gran cantidad de personas desaparecidas y la cantidad de de lugares donde todavía siguen adelante las tareas de búsqueda.
El sur de Filipinas está siendo afectado por el tifón «Bopha». Las inundaciones han dejado a más de 200 personas muertas. teleSUR
Las autoridades de Filipinas informaron este miércoles que la cifra de fallecidos, como consecuencia de las inundaciones y deslizamientos de tierra que ha causado el paso del tifón «Bopha» por el sur del país, se elevó a 238 personas, además de cientos de desaparecidos y más de 214 mil desplazados.
La gran mayoría de las víctimas mortales pertenece a las provincias del Valle de Compostela y Davao, al este de la isla de Mindanao, por donde ayer entró el tifón con vientos sostenidos de hasta 210 kilómetros por hora.
Asimismo, reportan 142 fallecidos y 241 desaparecidos en el pueblo de New Bataan, en las montañas del sur de la isla de Mindanao, debido a las avalanchas e inundaciones provocadas por el tifón.
Este miércoles, al menos ocho cadáveres fueron localizados en la provincia de Surigao del Sur, donde se ha declarado el “estado de calamidad”, y un hombre de 31 años falleció por un árbol abatido por los vientos huracanados en Misamis Occidental.
Los cuerpos de seguridad que emprenden las labores de rescate no descartan que la cifra final de víctimas aumente, dada la gran cantidad de personas desaparecidas y la cantidad de de lugares donde todavía siguen adelante las tareas de búsqueda.
Dada la emergencia nacional, las Fuerzas Armadas se sumaron a las operaciones de rescate y asistencia de los damnificados, aunque las condiciones del tiempo y la situación del terreno dificultan sus tareas.
Medios locales reseñan también que alrededor de 214 mil personas se han quedado sin hogar en Mindanao y la región de Visayas (centro), colapsando, en ese sentido, los refugios habilitados por el Gobierno.
Estos centros de acogida que han establecido las autoridades atienden actualmente a casi 170 mil damnificados, mientras el resto ha tenido que hospedarse en casas de familiares, amigos y vecinos.
Las autoridades se habían preparado para la llegada del tifón, procediendo a la reubicación de familias que habitaban en zonas de riesgo y suspendiendo las clases en las provincias afectadas, entre otras medidas. Aún así, la fuerza del huracán y las prolongadas lluvias que le acompañan superaron las previsiones.
«Bopha» o «Pablo», como lo llaman los filipinos, entró el martes por las parte oriental de la isla de Mindanao, con vientos de hasta 210 kilómetros por hora y lluvias torrenciales.
El tifón ha perdido fuerza desde que entró en Filipinas y ahora se aleja con vientos sostenidos de 120 kilómetros por hora hacia el Mar de China Meridional por la isla de Palawan (oeste).
«Bopha» cierra la temporada de tifones en Filipinas, estación que todos los años atrae entre 15 y 20 tifones y que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre.