Cuando una sociedad entra en crisis se pierde desde la creatividad hasta la ética y la moral.
Es un cuadro bastante preocupante que debe llamar a la atención a todos los sectores que conforman la vida nacional.
Es un panorama que pone en peligro el crecimiento sano de nuestros niños y adolescentes, porque sólo aprenden exactamente eso, la vida fácil, la cual consiste en la superficialidad, el plagio, el fraude y el engaño.
Es una crisis que va desde todo el sistema educativo nacional hasta la más insignificante actividad, lo que ha hecho desaparecer la cultura del trabajo, el amor por los estudios y la búsqueda de una buena formación cultural.
Esta introducción es para destacar la ocurrencia del último fraude nacional, consistente en la celebración de un concurso para la escogencia de un diseño de pupitre para las escuelas del país y ahora se ha comprobado que la persona ganadora por este concepto de un millón de pesos lo plagió del internet.
Es una vergüenza lo que pasa con el país, donde la gente poco le importa apropiarse de lo creado por otro para proyectarlo como suyo, cuyo verdadero nombre es robo de una propiedad intelectual.
Este fraude nos dice hasta dónde el país camina por un rumbo equivocado, donde todo lo anormal se proyecta como normal, consecuencia directa de la crisis de valores e incluso la pérdida del amor por la patria y la dominicanidad.
Este último acontecimiento parece ser un espejo de la realidad nacional, de las distorsiones que afecta a la Nación.
No es que el delito sea exclusivo de nuestro país, sino que allí el fenómeno se ha generalizado, lo que constituye un elemento cotidiano del acontecer nacional.
Es el pan de cada día, ya lo hemos dicho reiteradamente y lo repetiremos hasta el cansancio.
Una muestra de esta crisis es el hecho que el hombre que acumuló más fortuna desde el Gobierno ostenta el título de ingeniero logrado en la Universidad Autónoma de Santo Domingo con una tesis plagiada.
Ese individuo que lleva como nombre Félix Bautista es el hombre más cercano a otro fiasco, quien se apoya en un discurso de sofismas y de frases rebuscadas, como lo es el ex-presidente Leonel Fernández.
Tanto Fernández como Bautista son partes de ese gran fraude nacional y de esa sistemática promoción de falsos valores, falsos líderes, falsas sensibilidades sociales y si reales portadores del fraude, el engaño y el hurto del patrimonio público.
El plagio del pupitre ganador del concurso auspiciado por el Gobierno no es más que una expresión de la gran descomposición social y moral que afecta a la sociedad dominicana, cuyos artífices encabeza el fraude llamado Leonel Fernández, responsable de ese grave flagelo que afecta a la patria de Duarte, Sánchez y Mella.